viernes, 31 de diciembre de 2010

La puerta

No estoy apenado por el fin de año. Ni contento. Sólo expectante, curioso por lo que está por venir. Como si estuviera ante una puerta a punto de ser abierta. He visto mi futuro (resulta que la puerta tiene uno de esos cristales translúcidos que no dejan ver algo, adivinarlo) y es curioso.
Si, curioso. Extraño y emocionante. Da un poco de miedo pero tengo ganas.
Ganas de ser médico. De trabajar, diagnosticar, tratar, equivocarme, sufrir y a veces, curar.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Sobre los ordenadores de sobremesa del futuro.

En un futuro más o menos cercano, las pantallas táctiles van a estar presentes en casi cada aparato imaginable. Pero en este momento sólo quiero hablar de uno de ellos: el ordenador de sobremesa.
Dado por muerto por muchos antes de tiempo, es cierto que el sobremesa ha ido perdiendo campo frente a los portátiles. Es comprensible ¿Para qué tener algo asentado en el escritorio si puedo tener casi lo mismo en cualquier parte? Los portátiles de pantallas grandes, no excesivamente pesados y lo suficientemente potentes para la gran mayoría de situación de la vida cotidiana han hecho que el sobremesa pase a ser relegado a un segundo puesto en la informática doméstica.
Sin embargo, presentan una serie de ventajas frente a los portátiles que no voy a enumerar, sino simplemente pararme en una: la pantalla. En este momento estoy escribiendo en un pantalla de 23 pulgadas, bastante más cómoda que las 15 de un portátil normal o las 13 de mi portátil. De hecho, esta pantalla es tres veces más grande que la de 13.
¿Y todo a mí qué? ¿Que cojones me importa a mí eso? Probablemente nada, hasta que algún día se popularicen las pantallas táctiles de los sobremesa. Ahora mismo en el mercado hay unas cuantas, pero son un total despropósito; la idea de mantener los brazos en alto para tocar la pantalla es simplemente una gilipollez.
Pero tengo esperanza de que algún día alguien incline la pantalla de forma que trabajemos sobre ella de la misma manera que un dibujante en su mesa: es una posición natural, ergonómica y que puede mantenerse durante tiempo prolongado.
A todas las compañías que tienen ya esos incomodísimos ordenadores me gustaría decirles una cosa: la tecnología debe adaptarse a los seres humanos, no al revés.
Luego vendrá Apple, lo hará y todos dirán que de dónde les vienen las ideas a esos tíos. Pues yo os lo diré: de este blog.

Un sueño

Yo estaba casado. Creo recordar que ella era guapa, pero puede que eso lo haya pensado después. Creo que la soñé rubia, con el pelo corto en plan años cuarenta y vestida de la misma época. Sin embargo, estábamos en la actual.
En ese sueño yo me estaba esforzando por ser el favorito de Hitler en una especie de oposiciones/concurso que este realizaba. Era muy difícil hacerlo, pero yo tenía mucha ilusión. Entonces mi mujer murió.
En realidad, ella fingió su muerte para poder presentarse a ser la favorita de Hitler y ganarme, cosa que este sabía y me había ocultado. Cuando me enteré de esto enfurecí y decidí matarlos a ambos; mientras caminaba por la calle, disparé a Hitler en la cabeza dos veces (como es un sueño hay ciertas cosas sin sentido, no usé una pistola sino mi mano con forma de pistola para dispararle). Para huir de allí disparé al parabrisas de un coche conducido por unos críos de dieciséis o diecisiete años y les obligué a bajar del coche. Cuando entré me di cuenta de que en el asiento trasero había dos niños, de unos 4 y 8 años. Les pregunté que a dónde querían que les llevara, porque en el sueño al parecer era un asesino bastante majo. Ahí hay una parte borrosa, en la que sólo recuerdo que mientras iba en el coche pensaba que podría haber hecho dos cosas: perdonar a mi mujer y a Hitler o cargármelos a ambos. Había escogido la segunda opción, al parecer. La parte borrosa acaba cuando estoy en una especie de lugar de reunión o algo similar con arquitectura árabe. Allí hay un grupo de chicas que me persigue por lo de matar a Hitler, pero yo escapo a su torpe persecución. Sólo recuerdo hasta aquí.
Debo decir en mi defensa, que este sueño lo tuve la mañana después de hacer el examen de endocrino, así que algo tendrá que ver, digo yo.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Insomnio

No había dormido lo suficiente, nunca dormía lo suficiente, pero para dormir es necesario acostarse. El hacía mucho tiempo que no se acostaba. Tanto que el tiempo se había vuelto lineal, sin lapsos. No existía "ayer" o "mañana" tan sólo "hoy".
La percepción de la realidad se había arrugado, encogido y retorcido y ya no era reconocible; las personas pasaron a ser manchas oscuras que se movían a su alrededor y el mundo era borroso e inexacto. Los sonidos que provenían de allí sonaban acorchados, como si los escuchara desde otra habitación.
Pero su pensamiento sí se escuchaba bien. Alto y fuerte. Caótico, desordenado, divergente y múltiple. Su mente se hacía añicos y recomponía en milésimas de segundo, a veces fluido, a veces como millones de trozos de cristal.
Del mundo exterior lo único que podía ver claramente eran los espejos. Si, los espejos eran nítidos, incluso demasiado perfectos. Al otro lado no veía su mundo sino otro distinto: era aquel un mundo con más colores y brillo, de hecho, colores y luces era casi lo único que había, aparte de sí mismo.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Who's Next?

Me encanta esta canción y cuanto más la escucho más me gusta



Gracias a Jaio por descubrirme a The Who.

Publicaría esto en Twitter, pero sería demasiado largo y esos fascistas no me dejan expresarme y no paran de coartarme. Total, me leeis los mismos

Run for your lifes

Yo sólo digo que en los videojuegos, la tercera guerra mundial comienza con algo como: "Corea del Norte ataca una isla surcoreana y causa al menos dos muertos". Entonces los líderes de los países occidentales se ponen serios y dicen: "pues habrá que atacar, no queda otra". Y entonces el eje del mal que forma Corea del Norte, los árabes, Cuba y Andorra montan el lío padre, atacan a la OTAN, tiran camiones de fruta, bloquean en las aduanas, torpedean pingüinos y se ponen a invadir los EEUU. Y entonces aparece Chuck Norris... no, espera, esa es otra película. Muy mala, por cierto.
Bueno, yo de vosotros iría preparando el fusil de asalto que todos tenemos bajo la almohada. Ah, ¿No tenéis? Mala suerte, a vosotros os tocará llevar la munición de los que sí tienen arma y esperar a que mueran para cogérsela.
Pero tranquilos, no creo que nadie quiera invadir nuestro país, está lleno de ladrones y en cuanto nos invaden nos entra el espíritu patriótico (que yo no sabía nada de Perejil, pero cuando la invadieron la sentí muy mía)(esta broma es de otra persona, pero no se de quién)
Entonces ¿Qué harás tú cuando la Tercera Guerra Mundial comience?

domingo, 21 de noviembre de 2010

El Réquiem (V)

El gangrel miró a su alrededor asustado y furioso. Hacía ya dos noche que le perseguían y empezaba a estar cansado. Le gustaría tener un cara a cara con sus perseguidores, entonces recibirían su merecido. Olió algo en el aire, además del fuerte olor a gasoil: gente. Cruzó las vías hacia el otro extremo de la estación, en la zona más oscura. De lejos se oyó como ladraban los perros de la policía. Se metió debajo de un vagón y observó a los policías y sobre todo, a los perros. Miró sus ojos durante poco más de un segundo, y en ese momento se calmaron, dejaron de ladrar y de seguir el rastro. Los policías parecían extrañados; estúpidos mortales, los vástagos eran los auténticos amos de los animales.

Cada noche, todos los condenados salimos a las calles de la ciudad a bailar nuestro particular réquiem, cada uno a nuestra forma, pero todos con el mismo ritmo, el mismo tiempo haciendo tic tac, en un reloj inmenso encima de nosotros. ¿Y cuando den las campanadas finales? ¿Que ocurrirá en esa noche con nuestro réquiem? Bailando una danza macabra paso todas las noches.

viernes, 19 de noviembre de 2010

El Réquiem (IV)

Un personaje vestido completamente de negro atravesó la calle rápidamente. Debía darse prisa si no quería llegar tarde al Teatro dell’Opera, hoy actuaba una de las mejores sopranos de toda la historia: Mirella Freni. Era un vástago, como ella, y admiraba su voz, le hacía sentirse bien en esta eternidad de aburrimiento. Maldecía la condena, pero a la vez le gustaba. Le encantaba dedicarse a todo lo que le gustaba cuando estaba viva: la ópera, el teatro, la música. No tenía que trabajar ni que preocuparse por nada, ¿nada? Llegaba un poco tarde, eso es motivo de preocupación. Pero no era culpa suya, sino del inútil de su chofer, que se había puesto enfermo ese día y no podía llevarla. Su abrigo negro ondeaba debido al paso rápido. Los zapatos de tacón resonaban por la calle y el aire frío acariciaba su vestido y su collar de plata. Pasó delante de un escaparate en la via Cernaia, estaba ya muy cerca de la ópera. Pasó delante de Santa Maria degli Angeli e dei Martiri, y pasó algo que nunca había visto antes. Si no fuera porque lo creía imposible, vio un ángel. Lo vio ascender desde la basílica hacia el cielo nocturno para después desaparecer. Su visión causaba una mezcla extraña de sentimientos, entre ellos la esperanza y el miedo. Su piel brillaba y sus alas blancas relucían en mitad de la noche. Tenía el aspecto de un chico muy joven, o puede que fuera una chica. ¿Era real? ¿Era realmente un ángel, una alucinación o algún tipo de criatura de la noche que se hacía pasar por ángel? Los minutos pasaban, mientras ella seguía mirando al cielo. Ya no llegaba a la ópera, pero le daba igual.

No se cuál es el sentido de nuestra existencia, si es que lo hay. Algunos nos llaman Condenados, dicen que debemos arrepentirnos, otros dicen que debemos aceptar lo que somos, otros dicen que sólo debemos ser nosotros, sin que nadie te diga lo que tienes que ser. No estoy seguro de nada, ni se a quien creer. No se si mañana Dios enviará a sus hordas contra nosotros o si acabaremos auto-aniquilándonos o si los mortales nos destruirán. Puede que un poco de todo. Y noche tras noche, tras hacernos las preguntas, salimos a por sangre fresca. En ese sentido, estamos aquí para hacer sufrir a los que nos rodean.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El Réquiem (III)

‘’Yo era un gran oficial. Mariscal de campo, ni más ni menos. 2 cruces de hierro, y muchas otras condecoraciones. Yo era un militar, nada más. Pero cuando la guerra acabó los malditos aliados se tiraron sobre nosotros como si fuéramos los culpables de todo el asunto aquel de los nazis. Los militares aliados, cobardes, nos impusieron su ‘’justicia’’ y entonces haber sido un gran militar se convirtió en una vergüenza. Cómo odio a esos hipócritas estadounidenses… y a los ingleses, y a los franceses… Y justo en aquel momento, cuando creí que mi vida estaba acabada, me abrazaron. No voy a decir que me encante, pero al menos estaré aquí para ver como esos arrogantes estadounidenses se caen de su bonito pedestal… tiempo al tiempo, camaradas…’’

Esta ciudad acoge a personajes de lo más pintorescos, humanos y vampiros. A veces parece que todo es una ilusión, en la que se mezcla pasado, presente y futuro. Un sueño extraño en el que nada tiene sentido y por eso tiene un sentido bizarro y absurdo. Cada uno libra su propia batalla contra los demás, ¿Y son nuestras batallas batallas a su vez de otro Vástago más poderoso? ¿Somos libres? Las apariencias engañan en esta ciudad.

domingo, 14 de noviembre de 2010

El Réquiem (II)

Los pasos resonaban en los pasillos de la galería. A izquierda y derecha dejaba atrás las salas llenas de esculturas y mosaicos romanos, legado maravilloso de una civilización culta y cruel. Llegó hasta la ventana del final del pasillo y observó la ciudad. Podían distinguirse todas las cúpulas que sobresalían del resto de edificios: San Pedro, San Carlo al Corso… y las otras maravillas arquitectónicas que adornaban la panorámica. Tantos años y aun no se había cansado de mirar embelesado Roma. Su maestro le esperaba, y no podía demorarse más. Saltó desde la ventana varios pisos más abajo y aterrizó con la agilidad de un gato. Atravesó un jardín con senderos empedrados y llegó hasta la majestuosa puerta. Introdujo su vieja llave y abrió con un pequeño chirrido.
-Al fin estas aquí. ¿Lo conseguiste?
-Si, mi maestro. Han reforzado la seguridad, pero sigue siendo un juego de niños.
-Excelente…-el maestro miró con sus ojos muertos bien abiertos el antiguo manuscrito antes de abrirlo.-Por cierto, mi aprendiz, poco me queda ya que enseñarte.
-No, mi maestro, aun tengo mucho camino que seguir.
-Un maestro sabe cuando el aprendizaje de su pupilo ha terminado. Debemos preparar una ceremonia de graduación. Vas a ser uno de los mejores Dragones que han existido nunca.-dijo el maestro mientras abría lentamente el manuscrito. Sus ojos lo recorrieron intensamente y pronto una sonrisa pícara se dibujo en su rostro.

Según escuché una vez a un francés: "Roma es el perfecto ejemplo de cómo caen los imperios". Todas las naciones europeas han tenido su auge y su caída, pero Roma es la más espectacular. Aun así, esconde en sus entrañas gran parte de su grandeza y cultura antiguas, mucho más de lo que los mortales creen.

viernes, 12 de noviembre de 2010

El Réquiem

Roma. Invierno 2007.

La ciudad está en silencio, sólo se oyen unos lejanos coches, puede que un camión. La noche es realmente oscura y… acogedora. Hay un niño tirado en el asfalto. Sangra, sangra tanto que ha formado un pequeño charco. No se mueve. De pronto, aparece un todoterreno en la calle, negro, grande, amenazador. Para delante del chico y la puerta del copiloto se abre. Aparece un hombre encorvado, de ropa sucia y bata raída, con poco pelo, gris y alborotado.
-Umm- examina al chico- creo que estamos cerca. Esas marcas parecen hechas por garras de protean.
-Perfecto-se oye una voz desde el coche- sube, tenemos un avistamiento cerca de Roma Termini.
El coche abandona la calle por el extremo opuesto y desaparece dejando allí al niño en el frío y áspero asfalto.

Roma tiene sus vicios y sus virtudes, como toda ciudad. El caso es que no se vive mal, opinan muchos vampiros.

El club estaba lleno hasta arriba, como casi todos los días. Siempre había gente suficiente para llenarlo, cualquier noche de cualquier día. Las luces parpadeantes mostraban a la gente como en gigantes fotografías, una cada segundo. Entre la oscuridad y la gente se movía una pareja.
-¡¿A dónde me llevas?!-preguntó la chica a voces para poder hacerse oír a su acompañante.
-¡A un lugar más… privado!
-¡Pero yo quiero seguir bailando!
-¡Ya verás como el sitio que yo digo te va a gustar más!
El acompañante abrió una puerta prácticamente escondida en la pared y la traspasó mientras seguía cogido de la mano de la chica. Allí había unas escaleras que conducían hacia arriba, sólo iluminadas por unas bandas azules en los bordes. Tras un tramo corto, llegaron a otra puerta. Tras ella había una habitación verde, con sillones rojos con aspecto de suaves. Se oía la música de la discoteca muy atenuada.
-¿Me has sacado del club para traerme aquí?-dijo la chica mientras miraba asqueada la habitación.
-Es donde me gusta relajarme, y eso es lo que deberías hacer tú ahora.
-Ni hablar, no he salido para estar en una habitación cutre contigo.
-Mujer… no te pongas así- el acompañante le miró a los ojos- tienes que tranquilizarte.
La chica se calmó al instante y su acompañante la sentó en un de los sillones.
El la beso en el cuello. Y del beso pasó al mordisco.

La comida es fácil y discreta. La policía y los cargos públicos son sobornables. La mafia es un buen instrumento. Y el príncipe es más pecador que cualquiera de los demás vampiros. La Sagrada Iglesia está infestada de Vástagos y el Círculo de la Bruja alza sus cánticos en el extrarradio de la ciudad. Los dragones ansían el poder en las calles, los museos, las bibliotecas y las galerías de arte. Los cartianos imparten su visión cada noche, en búsqueda del derrocamiento del Invictus, y este, a su vez, reafirma su poder y financia sus guerras y las de los Santificados con el dinero negro. Es una ciudad extraña, hermosa y horrible, iluminada y decrépita, monumental y enfermiza. ¿Sabes? Me gusta esta ciudad. Al fin y al cabo, es la ciudad eterna ¿No?

domingo, 7 de noviembre de 2010

Séptimo capítulo. La huida.

Sin pensarlo, sin razonarlo, Sam salió de su apartamento, con el dispositivo en la mano. Lo volvió a mirar:
“Están delante de tu edificio, cogiendo las armas que tienen guardadas en el coche. Sube al piso de arriba”
Sam, taquicárdico e hiperventilando, subió las escaleras en una exhalación, y esperó. A los pocos minutos los dos matones volvieron, echaron la puerta abajo y entraron en el apartamento de Sam. Este aprovechó para bajar a toda velocidad hasta el portal. Sin ni siquiera saber a dónde estaba yendo, Sam corrió calle abajo hasta que se quedó sin aliento. Sacar el dispositivo en público le parecía poco discreto, así que se puso los auriculares inalámbricos. Como se esperaba, se conectaron con el dispositivo de inmediato. Escucho la suave voz de una mujer que le decía “Tranquilo Sam, los has perdido, pero aléjate de las calles principales”. Sam se sorprendió, había dado por supuesto que el dispositivo tendría voz de hombre. Intentó comunicarse por el mediante el micrófono de sus auriculares: “¿Cómo saben que te tengo?”
“Lo descubrieron cuando me encendiste, sin embargo, he detenido el rastreo.”
“¿Por qué me ayudas?”
“Porque es la única manera de ayudarme a mí misma. Ahora date prisa, ve a Necro Corporation, estoy allí.”

lunes, 25 de octubre de 2010

¿Quién copia a quién ahora?

Hace unos dias Apple presentó en una de sus keynotes los cambios que tendrá su sistema operativo de escritorio. Básicamente se redujo a una cosa: llevar el aspecto de iOS a Mac OS. ¿Qué fin puede tener dar el aspecto del iPad a un iMac? Un iMac táctil. Pero en Apple son inteligentes y saben que sacarlo ahora mismo sería un desastre, por lo que van ha hacer una época de transición; Primero conseguir la interfaz, luego hacer el ordenador.
Pero una cosa que resulta curiosa es que casi todos los cambios del nuevo Lion (Que así se llamará) es que Linux los tenía ya. Ya, ya se que estas pensando que yo, como siempre, voy a decir que Linux es la ostia, y que lo demás caca y que si no piensas como yo eres un hereje que debe ser quemado en una pila de CDs. Pero no, esta vez sólo voy a resaltar que tanto las aplicaciones en pantalla completa, como el Launchpad, como las ventanas agrupdas y especialmente la Mac App Store ya existían en Linux, algunas de ellas desde tiempo inmemoriales que se pierden en la oscuridad del recuerdo.
Las diferencias entre Ubuntu Unity y Mac OS X Lion son pocas, a excepción de que Ubuntu Unity lo puedes tener ya (y gratis) y Lion saldrá el verano que viene.
Cosas del software libre.

lunes, 4 de octubre de 2010

Todavía sin título

Eran altas horas de la madrugada delante de un papel en blanco. Horas de mínima creatividad y máxima frustración, que casi resbalaban por sus brazos y se desparramaban por la mesa, dejándola pegajosa.
Podía haber silencio o podía oírse música pero siempre con el mismo resultado; el papel seguía en blanco, sin solución. Aquella hoja blanca se extendía por toda la habitación y se adhería a cualquier superficie haciendo que todo pareciera monótono y muerto.
Abrir las ventanas sólo sirvió para que el frío del exterior entrara y lo inerte fuera más presente. Intentó dormir, pero todo seguía en blanco y además las sábanas de papel son incómodas y se rasgan con facilidad.
Finalmente, tras la agonía de la noche llegó el día y con él el sol. Pero su luz sólo hizo que el papel pareciera más blanco.
Así que simplemente hizo una bola con aquella maldita hoja y la arrojó a una esquina de su habitación mientras salía de allí.

sábado, 11 de septiembre de 2010

MuggenChock

Miré con extrañeza a mi alrededor. Un bosque, al parecer. No recordaba nada, pero al menos iba vestido como en el último recuerdo que tenía; estaba saliendo de la tienda de comestibles -la única tienda que vendía alimentos en todo el pueblo y como es normal tenía unos precios abusivos, algo que ya le había granjeado a su dueño serias trifulcas cuando salía de su establecimiento- después de comprar pan y huevos. Me examiné: no había rastro del pan y de los huevos, lo cual era una verdadera contrariedad, ya con sin esos huevos, mi ansiada tortilla era poco probable que se hiciera cierta. A no ser...
Un ruido me sacó de mis maquinaciones. Escuché con más atención. Miré hacia arriba, de donde provenía el ruido y descubrí que había empezado a llover. Sin embargo, el bosque era tan frondoso que esas primeras gotas apenas llegaban al suelo donde me encontraba.

Sin pensarlo demasiado comencé a caminar entre la vegetación en una dirección aleatoria, pues al no saber dónde me encontraba la dirección cardinal era irrelevante. Al poco rato encontré una carretera. Era una estrecha lengua de asfalto surcada por una única línea amarilla. La lluvia iba en aumento y empezaba a mojarme. No me gusta estar vestido y mojado. Decidí caminar por el arcén intentando no mojarme mucho más, pero la tormenta estaba en mi contra.

Mientras el agua empapaba mi pelo, que se organizaba en mechones gruesos en mi frente pensé en quién podría haberme hecho esto. Porque tenía que haber sido alguien, supongo. O podría haberme intoxicado con algo que había comido -como los MuggenChock, unos cereales de chocolate y musgo muy de mi gusto- y que en plena alucinación habría caminado hasta aquí, para luego tener amnesia retrógrada. Desde luego, era plausible. Y ahora que estaba aquí, en mitad del bosque, con la lluvia pensé en quedarme allí. Vivir como antaño. No tener que conducir, ver la televisión o saludar a la gente.

Tras un periodo de tiempo indeterminado, más de lo que dura un capítulo largo en televisión pero menos que una tarde, vislumbré a lo lejos el cartel de bienvenida a mi pueblecito. Otra contrariedad. La idea de vivir salvajemente era muy tentadora. Tal vez otro bol de MuggenChock podría ayudarme a dar el último paso...

lunes, 30 de agosto de 2010

A un gran amigo

Como dicen los marines de EEUU:
Semper fidelis

sábado, 28 de agosto de 2010

El aeropuerto

-¿Esperando su vuelo?
Aquel hombre sacó a Mark de sus pensamientos.
-Si, lo han retrasado, otra vez.- respondió con resignación. Tras un breve silencio, le pareció de mala educación no devolver la pregunta al extraño que se acababa de sentar a su lado.
-¿Y usted?
-Si, dentro de unas tres horas.
-¿Y entonces qué hace en el aeropuerto tres horas antes?
-Me gustan los aeropuertos, tienen algo... especial ¿sabe?
-Sinceramente no, están llenos de turistas o de ocupados hombres de negocios; todo está hecho para usar y tirar; el edificio en sí parece una gran nave industrial.
-Ah, es usted una de esas personas.
Un poco mosqueado, Mark preguntó:
-¿Qué tipo de personas?
-De ese tipo de gente que le gusta lo hogareño. Estoy seguro de que le gustan las estaciones de trenes antiguas y pequeñas, los pueblecitos con encanto, que le gustaría que la zona de espera de la terminal fuera la sala de estar de una ancianita, con alfombras y una chimenea y un gato durmiendo en un sofá.
-¿Y a usted no?
-No. Me gusta el acero y el cristal, los espacios amplios sin adornos. Los grandes ventanales hacia la pista de aterrizaje, el aire acondicionado y las raciones individuales. El frío tacto de los bancos de metal, como este, y las conversaciones trascendentales con gente que no volveré a ver nunca, como la que mantengo con usted.
Mark, ligeramente molesto pues aquel extraño parecía haberle calado en sólo un momento, escuchó la agradable voz de la megafonía anunciando el embarque de un vuelo.
-Acaban de anunciar mi vuelo, tengo que embarcar. Ha sido un placer hablar con usted señor...
-Que más da cómo me llamo o cómo se llama usted, es casi imposible que nos vayamos a encontrar de nuevo.
Se estrecharon las manos y Mark se dirigió hacia la puerta 53 y se perdió entre la multitud.

lunes, 23 de agosto de 2010

If I survive

I'll find a new life and hide, if I survive
I'll find my own place in time, if I survive
I'll learn to forget the crime, if I survive
But I swear your going down if I survive

If I survive I'll tell on you

domingo, 22 de agosto de 2010

Y la tradición continúa.

Desde que tuve el n81 pasando por el 5800 y mi recién relegado i8910, he llevado a cabo esta tradición: escribir una entrada del blog con el nuevo cacharro. Y aquí os presento al nuevo: mi flamante Google Nexus One.
Que puedo decir sino que es maravilloso.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Oportunidades perdidas

Hace menos de un mes, Apple presentó un nuevo periférico para sus ordenadores: el Magic Trackpad. Es un trackpad (o touchpad) muy grande para ordenadores de sobremesa. Lo sé, es igual que lo que yo describí hace un tiempo; pero con una diferencia, Apple está perdiendo la oportunidad de hacer algo nuevo y no ha hecho una interfaz adaptada a este periférico. Efectivamente, el trackpad sólo mueve el cursor por la pantalla como si el de un portátil se trata.
¿Cuanto tardará Apple en aprovechar la oportunidad de hacer algo realmente distinto?
Tal vez lo debería hacer Microsoft, que últimamente está haciendo las cosas muy bien con Kinect y la interfaz Metro en Windows Phone 7.
O tal vez GNU/Linux, que en estos meses se están añadiendo cosas muy interesantes.
Sería irónico: las grandes empresas crean los periféricos, pero es la comunidad GNU/Linux los que lo utilizan de forma innovadora.
El tiempo dirá.

domingo, 15 de agosto de 2010

Ideología en código

El propio código informático es ideología. La elección que hacemos cuando compramos un ordenador, o un móvil, no es sólo escoger entre distintos productos, como podría ser elegir las cortinas.
El software tiene una serie de ideas, ideales, propósitos y éticas en ellos. Va más allá de tener los botones a un lado u otro de la ventana; se trata del porqué el código está escrito como está escrito, quién y cuándo lo escribió y qué función tiene.

Hoy en día confiamos en la informática para casi todos los aspectos de nuestra vida, incluyendo algunos tan importantes como la salud o la burocracia ¿No sería deseable pues, elegir qué tipo de software maneja nuestros datos, o los de nuestros marcapasos? Si, un software maneja los marcapasos cardíacos -software propietario y no público de las empresas que los fabrican- ¿Dejarías tu vida en manos de un código desconocido?
La respuesta es que lo hacemos todos los días. Usamos software que no conocemos, licencias que no hemos leído y términos de uso que ignoramos. Amparándose en ellos, las grandes empresas de tecnología del mundo nos utilizan sin problema.

Tal vez, y sólo digo tal vez, algún día los ciudadanos y quienes les gobiernan se den cuenta de que en el código, hay ideología. En algunos sólo hay estrategia empresarial, pero en otros hay ideas de libertad y cooperación, de mejorar el futuro de la humanidad con la tecnología, como algunos pensamos que debería ser.

viernes, 13 de agosto de 2010

Eterno

De entre los árboles centenarios surgió el grito aterrador de un ser humano. Ese grito, ese último aliento, se propagó por encima del lago e hizo eco en las montañas grises. Después volvió el silencio absoluto. Quedaron inmutables la tierra y el cielo, y el musgo de las cortezas de los abetos siguió verde y húmedo, y la vegetación permaneció espesa y oscura.
En aquel lugar el tiempo no pasaba, los frondosos helechos eran testigos de ello. El agua fría del lago era la misma aunque no fuera la misma. El bosque se erguía orgulloso, empequeñeciendo el cadáver que yacía en su suelo y que desaparecería pronto, para el que el bosque quedara tal y como ha sido siempre, inmutable, perpetuo, eterno.

Lo que algunos llaman alma

En el fondo, muy en el fondo, más allá del pericardio, entre toda esa masa agitada y caótica de músculo cardíaco, hay en mi corazón un hueco especial para el odio a la obstetricia.

domingo, 8 de agosto de 2010

El comienzo de la misión

Ariel salió de la celda cuando se hubo calmado, alejando de su mente cualquier pensamiento sobre Kiel. Se encontró con Ambiel, la rafaelita; Ambiel era pequeña, morena de piel pálida y ojos profundamente azules. Sus manos, suaves y cálidas, cuidaban y curaban a sus compañeros como si las de una madre se trataran.
-Pareces preocupada ¿pasa algo?- preguntó Ambiel.
-No, nada- mintió Ariel, que en ese momento odió la habilidad que tenía la rafaelita de leer los sentimientos de la gente.
-¿Tenemos misión?- dijo Ambiel obviando la mentira de su compañera.
-Si, reúne a los demás, el Abt quiere que vayamos a explorar en profundidad los alrededores de esa gruta, cree que puede haber más objetos de valor y tal vez los herejes que las guardan.

Ya en la plataforma de vuelo, con toda la compañía, Ariel se dirigió a ellos, con palabras secas y escuetas. “Haced cada uno lo que Dios quiso que hagáis, y venceremos”
Los cinco Engels alzaron el vuelo y descendieron hacia la capa de nubes que se encontraba por debajo de ellos, perdiéndose en su espesura.

martes, 13 de julio de 2010

Sexto capítulo. La visita de Necron Corporation

Sam estaba congelado, mirando con horror aquel móvil. Podía sentirlo en la mano, sus latidos, su superficie suave y cálida.
Unos golpes autoritarios contra la puerta hicieron temblar todo su apartamento.
-¡Samuel Sinul! Somos de Necron Corporation, queremos hablar con usted.
Sam intentó reaccionar lo más rápido que pudo, metió el móvil en el primer cajón que tenía a mano y se dispuso a abrir la puerta. Se encontró con dos tipos gigantescos, con claros signos de cráneos poco desarrollados- a Sam le encantaba fijarse en el aspecto de la gente para determinar su inteligencia- sensación aumentada por los trajes oscuros que vestían.
-Buenas días, Sr. Sinul, discúlpenos la intromisión, pero nuestra empresa desea conocer los avances en la localización del dispositivo robado. Es de gran valor y...
-La investigación policial continúa- le interrumpió Sam en tono neutro, burocrático, funcionarial- serán informados cuando sea necesario y haya algo que informar.
-De acuerdo, Sr. Sinul, perdone las molestias.
Sam cerró la puerta y esperó a oírles coger el ascensor para abrir el cajón. En el dispositivo se mostraba: “Huye, saben que me tienes, volverán en veinte minutos”. Sam lo miró extrañado “¿Pero que es esta cosa, por qué parece que me habla y más preocupante aún, por qué parece querer ayudarme?”
El móvil añadió a su anterior frase: “Tienes poco tiempo, es hora de irse”

lunes, 5 de julio de 2010

Sudor frío

Desperté empapado en sudor frío, y lo único que sentía era dolor y miedo. Ni la sangre corría por mis venas, se coagulaba por ellas mientras mi corazón latía con fuerza intentado escapar de aquel horror. Lo notaba en el pecho, golpeándose contra las paredes de mi tórax, lo notaba en mis sienes.
Quise gritar pero no pude, sólo un gemido ahogado salió de mi garganta, seca y áspera y en cada momento mis sentidos eran más conscientes de lo que ocurría a mi alrededor; miré y sólo vi oscuridad, toqué y sólo noté algo viscoso debajo de mí, sentí y supe que ya no tenía piernas sino muñones aun húmedos de sangre o tal vez sudor. Creí estar cayendo, y me agarré con fuerza al material viscoso hasta que perdí la consciencia.
Más tarde volví en mí. Lo primero que hice fue palparme las piernas, que seguían allí. Poco a poco fui reconociendo mi habitación y el sol que se filtraba en forma de pequeños rectángulos por la persiana y la cama encharcada de mi sudor aún tibio.
Había sido una mala noche, nada más. O eso quise hacerme creer.

miércoles, 30 de junio de 2010

Dream Stalker

I like to do things that make me scared
Chasing the dark side of life
Always chasing the inner soul
That's why every morning when I wake up
I always bolt upright in fear
I wake up with that same fear
And it was almost like time had stood still
And it was almost like it was a dream

lunes, 21 de junio de 2010

Con los ojos cerrados

Me encontraba en mitad de un campo verde que se extendía hasta el horizonte, el cielo oscuro se arremolinaba sobre mí y el viento soplaba con fuerza.
Era tu mano en mi nuca, jugando con mi pelo.

sábado, 12 de junio de 2010

Los ordenadores del futuro

Este vídeo explica bastante bien cómo serán los ordenadores del futuro.
http://10gui.com/video/
¿Cuál es la diferencia fundamental con los actuales? La misma que hace atractivo al iPad: el ser táctil. La tecnología del futuro no sólo será táctil, sino que será sensitiva en general; la tecnología será cercana y adaptada a nosotros. Y antes de llegar a los ordenadores de sobremesa, llegarán los tablets.
Entonces ¿el iPad es el futuro? Básicamente, no. Aunque apunta maneras y va en buen camino, es deficiente por completo. Y es que si Apple ha hecho un buen trabajo en la parte de la interfaz táctil, su obsesión por el “finger-friendly” les ha hecho olvidar el reconocimiento de escritura ¿Qué otra manera de entrar texto es más natural que la escritura a mano?

Y el otro fallo fundamental es que no tiene lo que se suele llamar respuesta háptica: una ligera vibración que nos avisa de que la pantalla ha sido pulsado. Algunos creen que es para emular la sensación de pulsar un botón, pero no es así, es la forma táctil que tiene el dispositivo para decirnos que nos han captado.
Antes que a los ordenadores, el paso intermedio serán los tablets, de los cuales iremos viendo cada vez más. Esperemos que las interfaces acompañen al uso de las pantallas táctiles:

Este es el concepto de Google para sus tablets. A finales de año, el iPad, Chrome OS, Meego y demás tendrán tablets en el mercado, que serán la renovación del concepto de dispositivo portátil.

jueves, 27 de mayo de 2010

El alma de la compañía

En la celda de la compañía, mirando ensimismada los reflejos que provocaban las luces del techo en su espada, estaba Ariel. Los demás estaban por ahí, no estaba muy segura de dónde, pero en ese momento no le importaba.
Después del embarazoso momento de la gruta, dudaba de su capacidad de liderazgo y su confianza en sí misma. “¿Qué clase de miguelita soy si me dejo llevar por mis impulsos?”
Kiel... Kiel el atrevido, valiente, arrojado, astuto, sagaz, hábil e inteligente urielita. Por un momento, Ariel dejó de vituperarse para pensar en él. “Es tan irritante, parece que le encanta hacerme rabiar. La próxima vez que lo vea le diré que estoy harta de su comportamiento, que tiene que acatar las órdenes y trabajar en equipo.” Convencida de su resolución y con nuevas energías, se dispuso a salir para reunir a su compañía entera y hacer algunos entrenamientos y reforzar así un poco su autoridad.
En el momento en el que iba a abandonar la celda, entró Kiel. Ariel le miró a los ojos, decidida a hacerlo. Intentó modular su voz para que sonara firme, pero no represiva.
-Te estaba buscando. Quiero decirt...
Kiel se acercó a ella, le dió un beso en la mejilla y susurró:
-Siento lo de antes.
Ariel se quedó congelada, completamente sorprendida y ligeramente ruborizada mientras Kiel salía de la celda. “¿ Por qué el... Qué...?” Se sentó en el suelo, hasta que sus piernas dejaran de temblar. Escuchó como fuera había dejado de llover, por ahora.

sábado, 22 de mayo de 2010

La nacional

Me quedé mirando el motor humeante como si supiera algo de coches. Mi Land Rover Santana del 81 me acaba de dejar tirado en algún lugar de este páramo amarillo, y no parecía que fuera a salir de esta. Pasé la mano por el capó “Son ya muchos años”
El sol pegaba fuerte, porque aunque el verano tarde en llegar a esta seca meseta, llega con ganas. Bebí un poco del agua que llevaba en el coche; puaj, estaba tibia.
Como no, mi móvil no tenía cobertura. Me senté en el quitamiedos, esperando por si pasaba alguien. Era poco probable, apenas había encontrado a nadie durante el viaje.
Después de un par de horas de desesperación, al fin apareció alguien en aquella maldita nacional. Era un coche gris, viejo y sucio. Tan sucio que tal vez era de otro color. Se paró lentamente detrás de mi coche y salió su conductor. Cuarenta y tantos, medio calvo, bajito y gordo, llevando un bigote como si estuviéramos en 1974.
-¿Tiene algún problema? ¿El coche le ha dejado tirado?
-Pues me temo que sí y no entiendo nada de coches.
Ver a un ser humano era reconfortante, aunque fuera éste.
-Déjeme ver, a ver si podemos hacer algo- dijo mientras se remangaba su camisa en otro tiempo blanca, ahora ligeramente amarilla con finas rayas rojas.
Se puso delante del motor y empezó al cacharrear en él. Yo, al lado, miraba interesando, a ver si se me pegaba algo.
-Y dígame, si no le importa que pregunte, ¿de dónde es usted? Es que con las nuevas matrículas estas europeas ya no se sabe de dónde es la gente.
-Soy de Valencia, he venido a ver a unos familiares que suelo ver poco.
-Ah, con este sol, echará de menos la playa- me dijo en tono jovial.
-Ya lo creo que sí. Por cierto, me llamo Ángel.
-Yo soy Primitivo, encantado. Bueno, esto ya está. Le servirá para llegar hasta un taller y allí que se lo arreglen de verdad, no esta chapuza que he hecho yo ahora.
-Le estoy muy agradecido, no sé qué hubiera hecho si no hubiera aparecido usted.
-Pues no le voy a negar que no haya tenido suerte. De vez en cuando veo algún coche lleno de portugueses o peor aún, de moros.
De pronto, la situación se volvió tensa, o al menos así lo sentí yo. “Vamos, improvisa algo, sal del paso y despídete de este amable racista” Me dije a mí mismo.
-Sí, que mal está el mundo...- “¿Eso es todo lo que se te ocurre?”
-Y España, peor. Bueno, no quiero hablar de política, que me enciendo.
-¡Bueno, que tenga un buen viaje, y gracias otra vez!- no podía dejar de pensar en huir de esta incómoda situación corriendo hacia el coche y perdiéndome en el horizonte.
-¡Igualmente!- se subió a su coche (no sin dificultad) y arrancó. Cuando pasó a mi lado escuché que tenía puestas coplas en el radio-casette.
Casi cuando ya no lo veía, puse las llaves en el contacto. “La España profunda ataca de nuevo” me dije “nada mejor para sentirse como en casa.”

martes, 11 de mayo de 2010

Cachos de tierra

A la gente le gustan los pedazos de tierra. Algunos hasta los aman. Los hay incluso que matan por ellos. Se empeñan en decir que esa parcela de tierra es suya y de nadie más. Lo que les diferencia sólo es el cacho de tierra que consideran propio. Los hay que les gustan grandes, y otros los prefieren pequeños.
Dibujan líneas imaginarias que separan unos trozos de otros. Quieren toda la tierra que se extiende hasta la línea, pero ni un centímetro más. De hecho, si naces a un lado de la línea serás de una manera, y si naces al otro lado, de otra. Algunos, para que la línea se marque bien, construyen muros y vallas y ponen vigilantes con cara de pocos amigos en ellas.
Sin embargo, la cultura, el idioma, la gente, siempre acaba traspasando esas líneas y mezclándose unos con otros.
Porque las patrias son sólo cachos de tierra, las banderas trozos de tela y las fronteras líneas imaginarias.

domingo, 9 de mayo de 2010

Nathan

"Vas a confesar Nathan"
El agente Topolsky le miraba severamente al otro lado de la mesa de la sala de interrogatorios.
"Eres un terrorista, Nathan, tenemos pruebas. Simplemente dilo y haznos más fácil todo esto"
Nathan, vestido con una camisa blanca y pantalones negros le miraba con cara divertida, lo que hacía enfurecer al agente del FBI. Sin embargo, el temple de este a lo largo de los años se había perfeccionado de tal modo, que toda su rabia sólo se manifestaba en un ligero (casi imperceptible) levantamiento del labio superior.
Nathan sí lo notó. "No tenéis nada. No soy un terrorista, sólo he escrito lo que pensaba"
"Te podemos relacionar con gente sospechosa e incluso sabemos que has estado en reuniones con ellos"
"¿Es que en este país se ha perdido la libertad de expresión y reunión? ¿O es que lo que escribo es incómodo para algunos? Lo que daría por ser ellos; si algo de lo que leo no me gusta, suelto a los perros"
Topolsky le miró a los ojos durante unos segundos. Por el auricular, su compañero le había dicho que tenían que soltarle, al menos por ahora.
"Vale Nathan, puedes irte. Pero te estaremos vigilando" Topolsky se levantó y señaló con la cabeza hacia la puerta.
"¿Es que alguna vez habéis dejado de hacerlo?" Se levantó sin esperar respuesta, cogió su americana negra de la silla y se dirigió hacia la puerta.
"Agente Topolsky, una última cosa" se dio la vuelta y se puso frente a él. "Escribiré lo que piense, no me importa a quién pueda escocerle."
"Esto te traerá problemas" la voz de Topolsky sonaba más a consejo paternal que a amenaza.
"Probablemente" dijo Nathan saliendo de la sala de interrogatorios.

Dado por muerto

Todos habían sido dados por muertos, nadie podía confiar en que hubiera supervivientes. Tampoco había nadie para buscarlos, ni siquiera para darles la bienvenida. Lo único de lo que se podían fiar era de la gente que estuviera a tu lado, cubriéndote las espaldas. Esos compañeros lo eran todo. Esos pequeños grupos de personas aun no infectadas habían desarrollado principios parecidos a los que hay entre algunos cuerpos militares: nunca se deja a nadie atrás.
Vivir un día más era la única meta a largo plazo, y pensar más allá de mañana era descorazonador, así que simplemente no se pensaba. Mantener las armas a punto, tener comida y un lugar para dormir era suficiente para llenar las mentes aterrorizadas de esas personas. La confianza en otro ser humano, otrora algo raro y difícil de conseguir, era la norma. Confianza vital y ciega ante la expectativa de una muerte segura.
Fuera del grupo, no había nada; ni familia, ni amigos, ni conocidos. Tu compañero se convertía en tu hermano y su vida se convertía en tu vida.
Todo lo demás, había sido dado por muerto.

PD: el Left 4 Dead mola inconmensurablemente.

sábado, 8 de mayo de 2010

Nada en las muñecas

Hoy, después de ponerme el reloj, he estado pensando. Me lo he quitado y lo he dejado de nuevo encima de la mesilla, en el sitio donde lo dejo siempre.
Podría contar una historia sobre ese reloj, como en Pulp Fiction, pero esta no es una historia de ese tipo. Esta no va sobre generaciones de padres teniendo ese reloj, ni sobre esfuerzos para preservarlo ni sangre derramada.
Este reloj tiene una historia más simple y más corta, pero importante, al menos para mí. Pero por primera vez en mucho tiempo, no quiero llevarlo puesto. Lo que representaba para mí se desvanece a ritmo alarmante, y ya no es cómodo tenerlo alrededor de mi muñeca. Las cosas cambian, eso es lo único seguro.
Es un reloj bonito, tal vez debería cambiar lo que representa ahora. No me gusta no llevar reloj. Sí, definitivamente eso es lo que debería hacer, cambiar el significado. Como le cambié la correa hace unas semanas; parecido, pero no igual.
Ahora estoy limpiándolo. Creo que me lo voy a poner, otra vez.

viernes, 7 de mayo de 2010

Quinto capítulo. ¿Qué es esa cosa?

Sam soltó el aparato de inmediato, que cayó al suelo sin mucho estruendo. Esa cosa había latido. Los móviles no deberían latir. En el dispositivo sólo se mostraba un lugar para apoyar el dedo, posiblemente para reconocimiento de huellas dactilares.
Sam lo recogió del suelo. No parecía haberse dañado para nada. Puso el pulgar en mitad de la pantalla, sobre un cuadradito. Nada más apoyarlo, la pantalla mostró la foto de Sam, al lado de su nombre, su edad, género, trabajo, domicilio y contratos actuales con empresas (luz, agua, Internet...). La sensación desagradable de Sam no se iba, de hecho estaba aumentando. La cosa mostró un mensaje en la pantalla: “Devúelvame a Necron Corporation. No hacerlo sería violar las leyes sobre espionaje empresarial y manejo de bienes robados.”
Eso es justamente lo que Sam quería hacer; librarse de ese espeluznante aparato. Cuando se puso de pie dispuesto para irse, el móvil vibró y mostró en la pantalla:
“¿Estas seguro de que quieres hacer eso, Sam?”

jueves, 29 de abril de 2010

Hybrid

No es necesaria ninguna palabra.

domingo, 25 de abril de 2010

Sobre la contemporaneidad, la tecnología, el futuro y la computación.

Que quede claro, no se trata de una elección banal. No se trata de elegir el color de las cortinas. La elección de el código que vas a ejecutar es una cuestión ideológica. Por supuesto, ellos (las empresas) te dirán que no, que sólo es una elección de consumo, y te pondrán imágenes de gente pasándolo en grande con su software; gente joven disfrutando al máximo de su vida gracias a ese software/hardware. Pero esto no es como elegir entre el refresco light o el normal. Es elegir el devenir de la historia.
¿Exagerado dices? La tecnología está y estará aun más presente en nuestras vidas. ¿Debe pertenecer esa tecnología exclusivamente a las empresas? Un ejemplo actual ¿Deben ser las propias aerolíneas las que decidan si volar o no a través de las nubes de cenizas? ¿No se supone que los Estados son los que deben velar por nuestra seguridad? ¿Por qué esa decisión se deja en manos de una empresa?
¿Ves por dónde voy? Dejad que el software que usemos sea de las empresas, y las empresas decidirán qué podemos hacer y qué no. A día de hoy el software que se usa en el Sistema Sanitario Español es propiedad de una empresa. ¿Es eso moralmente correcto? ¿Debemos depositar todos nuestros datos sanitarios en sus manos?
Bah, no se para qué me esfuerzo, si todos los que deben tomar ese tipo de decisiones (políticos, administrativos...) son unos completos ignorantes tecnológicos.
Que les jodan, yo seguiré usando GNU/Linux. Ummm... no parece afectarles mucho. Bueno, me bajaré algo de Internet, que eso sí parece escocerles.

PD: ¿no me digáis que no echabais de menos un buen post sobre mi idolatrado GNU/Linux?
PD2: dentro de poco otro clásico: Engel.

viernes, 23 de abril de 2010

El hombre sin pantalones

Su vecino estaba sin pantalones, como siempre. A saber qué hacía sin pantalones todos los días del año. Desde que el gobierno había dicho que salir a la calle era inseguro debido a la contaminación, las enfermedades y las bombas, todo el mundo se pasaba el día en casa. Pero su vecino lo hacía sin pantalones. Jim lo miraba a través de las cortinas, las cuales apartaba lo justo para ver con uno de los ojos. Su vecino estaba yendo de la cocina al salón, con un paquete de comida deshidratada que no se había molestado en hidratar. “Total, qué más da” le decía a sus amigos. Pero Jim no lo sabía, porque nunca había hablado con él. Sólo miraba cómo aquel hombre habitaba el mundo sin pantalones.
“Será mejor que vaya a ver a Agnes” pensó en voz alta Jim. Vivir solo había hecho que expresara todos sus pensamientos en voz alta, como el protagonista de una película. Fue al salón y encendió el televisor. Pasó las siguientes cuatro horas viendo cómo Agnes, la mujer preferida del país hablaba sobre el mundo, los sentimientos y los humanos. Cuando terminó, la comida deshidratada repartida por el municipio estaba en la puerta de su casa. Se levantó a recogerla. Era un paquete pequeño y marrón y sólo tenía escrito “Para consumo ciudadano exclusivamente”. Jim dijo “¿Por qué sólo para ciudadanos?”
Al pasar por enfrente de una de las ventanas volvió a echar un ojo a su vecino. Seguía sin pantalones. “Tal vez es extranjero” dijo Jim, “esa gente siempre hace cosas extrañas”
Los meses pasaron, y aquel hombre sin pantalones se convirtió en la obsesión de Jim. Los paquetes de comida deshidratada se acumulaban en su puerta, hacía mucho que no veía a Agnes y había dejado de dormir en la cama. Ahora dormía en una silla delante de la ventana. Ya nada más le importaba, que el hombre sin pantalones. Estaba completamente desquiciado, incluso había dejado de pensar en voz alta para simplemente musitar cosas.
Un día no pudo más. Tenía que hablar con el hombre sin pantalones. Tenía que saber PORQUE no llevaba nunca pantalones. Abrió la ventana por primera vez en muchísimo tiempo y comenzó a hacerle gestos a su vecino. El hombre, extrañado, se acercó a su ventana y la abrió.
-¿Por qué no llevas pantalones?¿Por qué nunca tienes puestos los pantalones? Ni una sola vez te he visto con pantalones. ¿Por qué?
-Ah, me producen urticaria.- contestó el hombre sin pantalones.

martes, 20 de abril de 2010

Tears in rain

I've seen things you people wouldn't believe
attack ships on fire off the shoulder of Orion
I've watched C-beams
glitter in the dark near the Tannhäussen Gate.
All those moments will be lost in time like
tears in rain.
Time to die.

http://www.youtube.com/watch?v=SpROah79qcs

martes, 13 de abril de 2010

Miedo

Tal vez, algún día, la gente deje de temer.
De temer fracasar, morir, vivir, sentir y querer.
Tienen miedo al futuro, al presente y levantarse cada mañana.
Miedo de la sociedad, de sus amigos y de sus allegados.
Viven aterrorizados de lo que podrían perder, de lo que podrían dejar de tener, de no tener.
Se agazapan cuando piensan en el dolor que podrían sentir, en el mal trago que podrían pasar.
Confunden respeto con miedo, así enmascaran otros terrores.
Tienen miedo de sí mismos.
Tal vez, algún día, la gente deje de temer.
De temer fracasar, morir, vivir, sentir y querer.

lunes, 5 de abril de 2010

Algunos anatomopatólogos buenos

El en aula de microscopios, el profesor Gutierrez explicaba a sus alumnos el cáncer de mama y les enseñaba en el microscopio las imágenes típicas de esa lesión. A los cinco minutos de empezar la práctica, el móvil del profesor comenzó a sonar, apremiante.
-Disculpad un segundo, chicos-dijo a sus alumnos, mientras descolgaba el teléfono.
Al otro lado escuchó la inconfundible voz del neurocirujano García:
-Gutierrez, tenemos un problema, uno bien gordo. Necesitamos que hagas un diagnóstico a una biopsia de un tumor cerebral urgente intraoperatoria. Sólo hay dos personas en la ciudad que puedan hacerlo, y tu eres uno de ellos.
-Maldita sea García, Ortiz puede hacerlo.
-¡Ortiz está de vacaciones, esta es una situación de vida o muerte!-el neurocirujano, acostumbrado a tener el control de la situación, estaba sudando como un residente.
-¡Pero estoy dando una práctica a los chavales, ellos me necesitan para su formación!-replicó Gutierrrez mirando a sus alumnos.
-¡Te necesitamos!¡El paciente te necesita! Ahora mismo está en el quirófano, sedado, con el cráneo abierto esperando a tu diagnóstico anatomopatológico!-dijo García, casi en tono de súplica.
-¡Diablos, lo haré!-colgó el móvil, sacó un cigarrillo del paquete que llevaba en el bolsillo,lo encendió y se dirigió a sus alumnos:
-Elegí un mal día para dejar de fumar.

PD: jaio, no pude evitarlo.

domingo, 4 de abril de 2010

Los ojos de Snot

Snot se sacó los ojos de sus cuencas para comprobar cómo eran mirar sus ojos con sus propios ojos. Mientras sangraba pensó que un espejo hubiera sido una idea mucho mejor. Sin embargo, no se lamentó, pues era un optimista, una persona que le pone buena cara al mal tiempo, que sonríe cuando le llegan las facturas y que siempre está dispuesto a pensar que todo tiene un lado bueno.
Así pues, sin ojos, pensó que ya no necesitaría gafas -aunque nunca las necesitó- y que sus otros sentidos se desarrollarían hasta parecer de superhéroe.
Pero un día, cruzando la calle, no vió venir el camión sin frenos y con conductor borracho se acercaba a él a toda velocidad. Snot esquivó magníficamente el camión, debido a que pudo oirlo venir con su superoído. Lo que no oyó -ni vió- venir fue la infección de las cuencas oculares y la consiguiente complicación a meningitis debido a la pobre situación higiénica en la que se los había arrancado.

domingo, 21 de marzo de 2010

Choco Pillows!

Mi madre abrió la caja de cereales.
-Parece que hoy sólo te ha tocado un premio- esos "premios" eran los blatodeos que a la empresa empaquetadora, por pura pereza dejaban entrar en las cajas y es que el señor que se tenía que encargar de eso pasaba mucho tiempo mirando páginas de esas en el ordenador, lo cual se estaba convirtiendo en una obsesión que estaba acabando con su matrimonio y con la educación de sus hijos, pero no es de eso de lo que veníamos a hablar, que empezamos con una anécdota y acabamos metiéndonos en la horrible vida de este pobre hombre-.
Miré la cucaracha que correteaba como loca (tal vez lo estaba ¿puede un insecto así de simple volverse loco?) sin mucha ilusión. Yo ya había crecido, mi infancia ya había pasado hacía tiempo y ese tipo de cosas ya no eran tan especiales como antes. Sin embargo, miré la expresión ansiosa de mi querida madre y no pude más que llevarme a la boca Pancracia, pues en esos pocos segundos ya le había puesto nombre al insecto.
Estaba crujiente, como los cereales.

sábado, 13 de marzo de 2010

K450

Es estar aislado del mundo. No se trata de un mundo aparte, sino de estar en un paréntesis dentro de él, de una burbuja, un absceso.
Es una isla acústica a mi agrado.

martes, 9 de marzo de 2010

Soldado

Un chico de unos 20 años, sin salida, sin futuro. Se metió en el único lugar que le admitía. Confió en los que se dice que son de confianza, llenos de mentiras y con las manos llenas de sangre.
Le enviaron lejos de casa, lejos de las fábricas cerradas y padres alcohólicos, orgulloso de su gran nación, una nación libre y democrática.
Allí estaba él, escondido tras una trinchera, aferrándose a su fusil, rezando por no morir.
A su alrededor se desató la destrucción. Y el se encogió en su agujero. Sus compañeros morían, los mismos con los que comentó ayer qué pensaban hacer cuando volvieran.
“¡No pueden dejarme morir!” “¡No pueden dejarme morir aquí!” pensó “No pueden dejarme morir en mitad de la nada, sólo por dinero”
Ahora está calmado, tumbado. Sus ojos miran las nubes. Una suave brisa agita un árbol cercano.
Mientras sangran sus dos heridas de bala, el general dormita en su despacho y una chica, muy lejos de allí, aun no sabe que ama a un muerto.
En un bolsillo, el chico tiene una nota en donde hay una cita de Eduard Munch que dice:
“De mi cuerpo descompuesto crecerán flores y yo estaré en ellas. Eso es eternidad”

sábado, 6 de marzo de 2010

Baldosas trampa

Llevaba los pies mojados por un charco traicionero que no vi. El viento intentaba quitarme el paraguas y no escuchaba el ruido de la lluvia, fina e insistente caer sobre él, porque llevaba puestos los auriculares.
Caminaba sin rumbo fijo, sólo pensando cual era la siguiente calle que quería atravesar.
Hacía frío, pero nada parecía excesivamente malo.
Merodear me provoca una satisfacción difícil de definir y por ello está definida. Las palabras como indefinido o innominado son erróneas por su propia existencia, y lo que más llama la atención no son las balas o la máscara de gas, sino un calendario chino al revés lleno de garabatos.

Soy el rey del atril, y sin que ellos lo sepan tengo un clip entre los dedos que me relaja. Ese consejo me lo dio alguien, pero no recuerdo quién.

Recuerda que las cosas pueden ser jodidas, pero siempre puedes decir: "Pues yo me lo pasé de puta madre". Pruébalo: "Me rompí un brazo, pero yo me lo pasé super bien". "Me han suspendido, pero me lo pase muy bien" "El mundo se ha llenado de zombies, pero yo me lo pasé de puta madre!"

sábado, 27 de febrero de 2010

Granulomas, que sois unos granulomas

El viento golpeaba los gruesos muros de la fortaleza. La fortaleza había sido construido siglos atrás por el miedo de aquella época a los desbordamientos de los ríos y a las ratas. Después se utilizó cuando lo del miedo a los extraños. Mucho más tarde por el miedo a la lluvia. Hoy los ciudadanos ocupaban la fortaleza, apiñados cual granulomas inflamatorios no resueltos, por el miedo al viento.
Pero el problema estaba en ellos, no en el exterior. Y ellos eran los quistes de un planeta que intentaba quitárselos de encima, pero como buenos seres parásitos, los humanos continuaban allí, como la tuberculosis.

martes, 23 de febrero de 2010

Creo que esto no tiene título definido

Escribí esto originalmente el 31 de agosto de 2005, a las 0:27. Lo rescato entre los muertos porque siempre ha sido uno de mis favoritos.

''Un tío con un walky-talky corriendo por la calle. De pronto se para, habla por el walky y sigue corriendo. Se choca contra un chaval y solo le preocupa que la cabeza del crío le golpeo en la cadera antes de que el niño cayese pesadamente sobre las baldosas, probablemente haciéndose una brecha en la frente. ¡Hijo de tu puta madre! Se oye gritar a lo lejos, su padre o algún tío que pasaba por allí. Sigue corriendo muchacho. Pero fíjate en quien te sigue. Y cuando se volvió para verlo, sin parar de correr, su cuerpo impactó contra una farola. Pero eso no fue lo peor, ya que un coche le atropelló después. Pero eso no fue lo peor, porque una maceta le cayó encima, y era una maceta lo suficientemente grande como para pillarle las piernas. Pero eso no fue lo peor. Lo peor fue ver como el mismo niño al que había empujado y aun sangrando, aprovechándose de la situación, le sisaba el walky.''
-Supongo que podéis aprender algo de esto, niños.
-Señor indigente, nos da miedo y está empezando a oscurecer. Los lobos bajan de las montañas hambrientos de carne humana.
-Eso es una patraña. Os quedareis aquí hasta que hayáis aprendido algo sobre la historia del loco del walky.
-De acuerdo señor, no nos deja otra alternativa. Hemos intentado parlamentar con usted y ha pasado de nosotros. Así que, con estas palabras, nos vamos.
Y se fueron.
No sin antes haber intentado volar y levitar, cosa que, evidentemente, consiguieron. Puesto que el pobre indigente no sabía usar las alas de su corazón para volar, no les pudo seguir y así escaparon. Y el Señor Indigente, pues ese era su autentico nombre (un antiguo y poco agraciado apellido) se quedó solo en la plaza. Pero no por mucho tiempo, pronto llegaron los lobos, las palomas y seguidamente una especie de rata, sólo que de metro y medio de largo, que hicieron que el hombre se sintiese útil por una vez en su vida, ya que les sirvió de comida al grupo de vertebrados. Se dice, no sin cierta controversia (ya que algunos médicos lo niegan rotundamente) que el hombre rió toda la noche, hasta que una rata se comió sus dientes.
No creo que sea una gran historia. Ni siquiera es buena. ¡Pero venga ya! ¡Si ni siquiera tiene sentido! Pero es lo que produce mi mente y podemos aprender una lección de todo esto ¿no? La lección es: nunca te fíes de nadie. Y sobre todo, tienes que tener en cuenta siempre que vayas a un restaurante, que escupen en la comida. Es una especie de secreto que tienen entre ellos. Lo negarán, te pegarán incluso para demostrar que estas equivocado. Pero no te dejes engañar. Es tan cierto como que los cirujanos firman dentro de los pacientes. Lo negarán e incluso te cortaran con sus bisturíes para demostrar que estas equivocado, pero no te dejes engañar, están todos locos. ¿No has vivido esto antes? Yo al menos si. Tengo ganas de algo, pero aun no se de que.
Es como una de esas cajas que intentas aplastar y no puedes porque están muy pegadas. ¡Yo no quería hacerlo agente! ¡Esa cosa me obligó! Y señalas una especie de pegote de algo gelatinoso que a la luz de la noche naranja parece negarlo todo agitándose de derecha a izquierda. Pero no puede ser, eso solo es gelatina negra. ¡Eso es lo que quiere que crea agente! Pero en realidad es la masa negra, venida del espacio exterior para aniquilarnos. Para hacerte callar, el policía vacía su cargador sobre ti. Con las pocas fuerzas que te quedan le gritas que evite ponerse la gelatina negra cerca de orificios corporales, ya que es así como entra dentro de la gente y les obliga a cometer actos aparentemente inofensivos, como vaciar sprays, pero que acabaran por destruirnos a todos. ¡Alejesé! Da igual que gritase. El policía ya se había metido la gelatina por la nariz. Menos mal que en aquel momento un rayo le alcanzó. ¿O fue a mi? Ya no lo recuerdo todo esta... tan borroso. El rayo... la luz... el trueno... un gatete caminaba por la calle... el ruido... la electrocución. Todo me hizo acordarme de cuando me condenaron a la silla eléctrica. O lo que ellos llamaban silla eléctrica, que no era más que una silla de hierro en el tejado de la prisión, donde se dejaba a los condenados hasta que un rayo les cayera en la próxima tormenta. Eran ecologistas y gastaban el mínimo de energía posible. Realmente no me parecía mal, pero cuando llevaba dos meses en esa maldita silla pensé que tal vez era mejor chupar enchufes. Que feliz fui el día que instalaron la vara. La vara era una vara de hierro de unos tres metros, que estaba soldada a la silla y que hacía que mis posibilidades de morir electrocutado durante una tormenta aumentaran. Pero lo único que pasó es que los pájaros se posaban allí y me defecaban encima. ¿Os acordáis de cuando había pájaros?
Pero claro vosotros sois todavía demasiado jóvenes. Habrá otros tiempos en los que los mamíferos se aliaran contra las aves y las destruirán por completo. Será una guerra cruenta, en la cual las ratas lucharan contra las palomas, los tigres contra los loros y los humanos contra los gorriones. Los insectos se mantuvieron al margen, por lo que se les consideró civiles, y por tanto todo el mundo se ensañó con ellos. Recuerdo los saltamontes. De pequeño me hice amigo de uno. Se llamaba Señor Saltamontes, Señor S para los amigos. Me caía muy bien. Y yo a él. Hasta el día en el que me lo comí. Estaba bastante bien. Me gusto decir: Señor S, es un placer devorarle. Pero creo que estoy desvariando un poco. Será mejor que os deje ir muchachos. No vaya a ser que los lobos os coman las piernas. Id con vuestras madres antes de que os remplacen por muñecos de trapo, antes de que vuestro padre juegue con las plantas y vuestros primos tiren huevos a los viandantes. No quiero retrasaros, pero recordad: solo hay dos tipos de peatones a este lado de Europa, el rápido y el muerto.

domingo, 21 de febrero de 2010

La carretera

Había sido un día difícil para Jack. Su trabajo -que consistía principalmente en retirar los animales muertos en de la carretera- iba cada vez en aumento día a día, pues las políticas verdes instauradas últimamente habían hecho que los animales se reprodujeran por doquier como intentando recuperar lo que una vez fue suyo. Sin embargo, esas políticas verdes no habían sido correctamente llevadas a cabo; la cadena alimenticia no se había establecido, por lo que ciertos animalillos, el escalafón más bajo de la pirámide alimentaria, parecían crecer como si por mitosis se reprodujeran. Así, las carreteras eran asaltadas por las alimañas, que siempre intentaban cruzar al otro lado mientras los conductores lo habían tomado como un juego. Las compañías de automóviles habían instalado contadores de atropellos en sus modelos, perfectos para mostrar con orgullo sus cifras a los vecinos y compañeros de trabajo.
Claro que nadie se daba cuenta de que Jack, con una pala y una camioneta, tenía que ir por los arcenes despegando a los bichos del suelo y poniéndolos en la parte trasera. El olor atraía a su vez a aves carroñeras que solían volar en círculos por la zona. Pero Jack no tenía de qué preocuparse, pues otro de sus compañeros tenía el trabajo de abatir a dichas aves y luego recogerlas y ponerlas en la parte de atrás de una camioneta.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Fisiopatología de una herida

En una herida, se produce el dolor, el sangrado, la coagulación, la inflamación, la pérdida de funcionalidad y finalmente la reparación, normalmente a expensas de crear una cicatriz permanente. La pérdida de funcionalidad puede ser también para siempre.
En un primer momento, el agente causante de la herida provoca la rotura de la piel, estructura hasta el momento casi inexpugnable. Por la solución de continuidad de la piel se produce el dolor. El dolor es la alerta de nuestro cuerpo. A veces no, a veces sólo duele, sin más, sin significado. Eso es dolor patológico.
La rotura de los vasos sanguíneos hace que la sangre salga de su contenedor habitual. No se puede perder demasiada sangre. Los sangrados continuos provocan patologías graves. La sangre se coagula para evitarlo.
La inflamación es una defensa ante la agresión externa. Muchas veces resulta más perjudicial que beneficiosa. La pérdida de función ocurre bien por el propio daño en la zona afectada, bien por el dolor asociado.
Si todo ha ido más o menos bien, llegará la reparación. Esta puede ser total, sin vestigios de la herida, o lo más habitual: una reparación parcial, que deja una cicatriz que nunca desaparecerá. Y con esa cicatriz en ocasiones queda una falta de funcionalidad asociada. En los peores casos, el dolor también permanece.

sábado, 6 de febrero de 2010

Viajar

Últimamente me estoy cansando de viajar. De Renfe y Auto Res, de Madrid y su tráfico. Me siento en asientos que son demasiado pequeños para mi. Los cambios de temperatura me resfrían. Las prisas y el estrés me destrozan. Espero en estaciones extrañas donde hay, cómo no, gente extraña. Las cosas a las que me suelo aferrar en los días normales no están. El traqueteo del tren siempre es el mismo y las orejas me duelen después de llevar los auriculares durante horas. 16 gb de música no son suficiente para tantas horas. Viajo desconectado durante horas.
Esta vez me he quedado desconectado, simplemente esperando a que llegue el momento. Momento que llegará con nerviosismo y secretismo, aunque me pregunto quién lo sabe.
Últimamente sólo quiero sentarme frente al mar, en algún lugar bonito, y quedarme ahí, sin más, hasta fundirme con las rocas de la costa y ser parte de ellas.
Avisadme cuando se haya desarrollado el teletrasporte, el cuál por cierto, hará los viajes más rápidos, pero no instantáneos.
Y por cierto, una estúpida en el autobus, sentada a mi lado, dijo que los dos primeros capítulos de la sexta temporada de Perdidos eran decepcionantes y una mierda. No querida, lo que pasa es que tienes un cerebro demasiado pequeño para comprenderlos. Aunque tiene mérito que hayas conseguido escapar de la jaula de los monos del zoo, así que por eso, no te insultaré más.

Pero siempre estaré viajando.

jueves, 28 de enero de 2010

Necesidades creadas

Con todo eso de la industrialización llegó un gran problema para las corporaciones ¿Cómo vendo mis productos si gracias a los nuevos métodos de fabricación las necesidades básicas están satisfechas? La respuesta era tan sencilla como genial: crear nuevas necesidades. Así la gente seguiría consumiendo y todo el tinglado podría seguir en movimiento. Dicho y hecho.
Llegarían también los avances en publicidad y marketing y el paulatino control de los aspectos relevantes e irrelevantes de la vida de todos.
Hoy es uno de esos días en los que se muestra en todo su esplendor: la nueva creación de Apple, el iPad, probablemente el gadget más inútil creado nunca se ha presentado. Realmente no hace nada completamente, sólo hace cosas a medias, cosas que otros aparatos hacen mejor (y más barato). Y aunque la reacción inicial ha sido la decepción generalizada, la maquinaria de la publicidad ya está haciendo su trabajo, mermando las convicciones de la gente (como si de evangelizadores se tratara) hasta que acepten que sí, que necesitaban el iPad, y que no saben cómo han podido vivir hasta ahora sin él.

martes, 26 de enero de 2010

Mi visión del futuro (próximo)

Los ordenadores. Esos grandes colegas. Nos guardan nuestras intimidades en sus grandes memorias, nos ayudan con los trabajos y nos animan. Vamos, que son nuestros amigos. ¿Has abrazado hoy a tu ordenador? Yo sí.
Mañana hay un gran evento en todo esto de los cacharros. Para qué vamos a negarlo, va a ser un evento importante. Veremos luego si vale la pena todo este alboroto por eso.
Bien, yo sólo quería poner aquí como creo que será el control y las interfaces del futuro en lo que a ordenadores se refiere, sólo por si mañana me lo chafan, que sepáis que yo ya lo sabía. Allá vamos:
Olvidaos del ratón. Imaginad un teclado como los que usamos hoy en día. Ahora, añadidle dos grandes touchpads a los lados, más grandes incluso que los de un MacBook. Estos touchpads serían la base de la interacción con el ordenador. En ellos haríamos gestos que serían reconocidos por el ordenador de manera determinada para la nueva interfaz, ya que, por supuesto, la interfaz del ordenador no se parecería a la actual. Sería más parecido a la interfaz de los móviles táctiles.
Os voy a poner un ejemplo: al encender el ordenador, lo que tendríamos sería un fondo y una serie de widgets en él, como el tiempo o las últimas actualizaciones de nuestros contactos. Mover tres dedos hacia arriba sobre uno de los touchpads haría que aparecieran todos los programas instalados. Elegiríamos el programa que queramos, bien usando los touchpads como se usan normalmente o como las Bamboo. En cualquier caso, la interfaz estará adaptada a nuestros gestos multitáctiles sobre el touchpad.
Realmente, la parte del hardware se puede hacer ya hoy en día. Falta la otra parte: crear unas interfaces efectivas y funcionales.

viernes, 22 de enero de 2010

Tenías razón

Aún no sabía lo equivocado que estaba.
Y de bonus, un vídeo que siempre me ha encando:

jueves, 7 de enero de 2010

Médico rural

El Médico le palpó el abdomen de la manera que había aprendido allá en su juventud, en la capital, en el hospital universitario. Parecía normal, aunque era difícil concentrarse en la exploración porque era realmente divertido la forma en la que la enorme barriga se movía a la palpación. El señor del pueblo clavaba su mirada en el techo, esperando a que el Médico acabara. La mujer del señor miraba angustiada la exploración mientras agarraba fuertemente el bolso.
El Médico terminó y empezó a lavarse las manos en el pequeño lavabo de la consulta.
-Sólo son gases.-dijo sin darle importancia
-No me mienta, Doctor, dígame que es en realidad-dijo el señor mientras se incorporaba y se ponía la camiseta interior.
-Ay señor, ay señor-musitaba la mujer casi con lágrimas en los ojos.
El Médico se dió la vuelta, miró a aquel hombre campechano, llano y trabajador.
-Le digo que sólo son gases. Se le pasará pronto. Le prometo que es toda la verdad.
Ya más convencido, el señor terminó de vestirse, poniéndose la camisa y abrochándose el cinturón. -Bueno, entonces nos marchamos ya. Encantado. Vamos Paca.
El Médico le dió la mano a los dos y se volvió a sentar en su silla. Les vió salir con ese andar particular. Seguramente en un par de días le traerían una cantidad ingente de alguna hortaliza, verdura o fruta, en agradecimiento a haber hecho su trabajo.
En la ciudad tendría suerte si el paciente se despidiera amablemente de él.

martes, 5 de enero de 2010

Ham

Ham, mi hamster, ha muerto. Murió en nochevieja, se ve que no pudo soportar la nueva década que acaba de empezar. El 2010 fué un año muy corto para él.
Me gustaría lanzar su cuerpo en un cohete al espacio sideral, donde podría encontrarse con otros grandes animales domésticos espaciales como Laika, Doraemon o el perro de los Jetsons.
Ham, el hamster que me enseñó que los hamsters estornudan, bostezan y roncan y que cuando son mayores, se duermen en cualquier parte, como el abuelo Simpson. Un hamster que no se comía todo lo que le poníamos, sino que seleccionaba lo más le gustaba. Cuando lo miraba pensaba "Si es más listo que muchos humanos que conozco!" y eso que Ham no era especialmente inteligente.
Estuvo con nosotros desde octubre del 2007 y era uno más del piso. Le gustaba que le acariciaran, especialmente entre los ojos, sabía nadar como un campeón y podía escalar nuestro sofá.
Ham, nunca te olvidaré, amigo hamster.