El en aula de microscopios, el profesor Gutierrez explicaba a sus alumnos el cáncer de mama y les enseñaba en el microscopio las imágenes típicas de esa lesión. A los cinco minutos de empezar la práctica, el móvil del profesor comenzó a sonar, apremiante.
-Disculpad un segundo, chicos-dijo a sus alumnos, mientras descolgaba el teléfono.
Al otro lado escuchó la inconfundible voz del neurocirujano García:
-Gutierrez, tenemos un problema, uno bien gordo. Necesitamos que hagas un diagnóstico a una biopsia de un tumor cerebral urgente intraoperatoria. Sólo hay dos personas en la ciudad que puedan hacerlo, y tu eres uno de ellos.
-Maldita sea García, Ortiz puede hacerlo.
-¡Ortiz está de vacaciones, esta es una situación de vida o muerte!-el neurocirujano, acostumbrado a tener el control de la situación, estaba sudando como un residente.
-¡Pero estoy dando una práctica a los chavales, ellos me necesitan para su formación!-replicó Gutierrrez mirando a sus alumnos.
-¡Te necesitamos!¡El paciente te necesita! Ahora mismo está en el quirófano, sedado, con el cráneo abierto esperando a tu diagnóstico anatomopatológico!-dijo García, casi en tono de súplica.
-¡Diablos, lo haré!-colgó el móvil, sacó un cigarrillo del paquete que llevaba en el bolsillo,lo encendió y se dirigió a sus alumnos:
-Elegí un mal día para dejar de fumar.
PD: jaio, no pude evitarlo.
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