El propio código informático es ideología. La elección que hacemos cuando compramos un ordenador, o un móvil, no es sólo escoger entre distintos productos, como podría ser elegir las cortinas.
El software tiene una serie de ideas, ideales, propósitos y éticas en ellos. Va más allá de tener los botones a un lado u otro de la ventana; se trata del porqué el código está escrito como está escrito, quién y cuándo lo escribió y qué función tiene.
Hoy en día confiamos en la informática para casi todos los aspectos de nuestra vida, incluyendo algunos tan importantes como la salud o la burocracia ¿No sería deseable pues, elegir qué tipo de software maneja nuestros datos, o los de nuestros marcapasos? Si, un software maneja los marcapasos cardíacos -software propietario y no público de las empresas que los fabrican- ¿Dejarías tu vida en manos de un código desconocido?
La respuesta es que lo hacemos todos los días. Usamos software que no conocemos, licencias que no hemos leído y términos de uso que ignoramos. Amparándose en ellos, las grandes empresas de tecnología del mundo nos utilizan sin problema.
Tal vez, y sólo digo tal vez, algún día los ciudadanos y quienes les gobiernan se den cuenta de que en el código, hay ideología. En algunos sólo hay estrategia empresarial, pero en otros hay ideas de libertad y cooperación, de mejorar el futuro de la humanidad con la tecnología, como algunos pensamos que debería ser.
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