martes, 11 de mayo de 2010

Cachos de tierra

A la gente le gustan los pedazos de tierra. Algunos hasta los aman. Los hay incluso que matan por ellos. Se empeñan en decir que esa parcela de tierra es suya y de nadie más. Lo que les diferencia sólo es el cacho de tierra que consideran propio. Los hay que les gustan grandes, y otros los prefieren pequeños.
Dibujan líneas imaginarias que separan unos trozos de otros. Quieren toda la tierra que se extiende hasta la línea, pero ni un centímetro más. De hecho, si naces a un lado de la línea serás de una manera, y si naces al otro lado, de otra. Algunos, para que la línea se marque bien, construyen muros y vallas y ponen vigilantes con cara de pocos amigos en ellas.
Sin embargo, la cultura, el idioma, la gente, siempre acaba traspasando esas líneas y mezclándose unos con otros.
Porque las patrias son sólo cachos de tierra, las banderas trozos de tela y las fronteras líneas imaginarias.

2 comentarios:

Chaly dijo...

Los nacionalismos pertenecen al gobierno... la cultura, al pueblo.

La necesitad del ser humano de limitar sus propiedades y protegerlas es abismal... Ninguno de nosotros seriamos capaces de dormir una noche entera dejando nuestra puerta abierta... ¿Miedo? Puede ser... ¿Abaricia? Probable... ¿Paranoya? Seguramente... ¿Qué nos mueve a ser tan cerrados incluso con nuestros semejantes?

No tienes que irte lejos, a otro país... ¿Cuánto sabes de tus vecinos? ¿O del camarero de tu bar preferido? ¿O del bibliotecario?... Cada persona es un tesoro, un tesoro encerrado bajo las más altas torres y muros y custodiado por los más temibles dragones...

Lamentablemente creo que pocos son capaces de sobrepasar esas lineas imaginarias... Pocos son capaces de derribar sus muros y enseñar ese tesoro y compartirlo...

Gracias por tus líneas

Klaiver dijo...

Siempre fuiste un ciudadano del mundo, y como tal, siempre has sido mi cosmopolita favorito.