viernes, 30 de marzo de 2012

Cáncer

Cuando la población de los países ricos empezó a ganar la batalla a las bacterias y los virus, según se fue haciendo más longeva, otras enfermedades se volvieron más importantes debido a la biología imperfecta de nuestro cuerpo.
El ser humano tiene dentro de sí una especie de cuenta atrás. Un temporizador que marca el momento en el que todos los sistemas de seguridad moleculares, genéticos, celulares e inmunitarios fallan y una célula, una única célula, comienza a duplicarse sin control. Una única célula de nuestro propio cuerpo que es capaz de destruirnos.
La manera habitual de tratarlo es sacándolo de nuestro cuerpo y atacando el mismo esperando que, al final, cuando el humo de la batalla se disipe, hayamos ganado.

Una casa

Imagino una casa con suelo de madera, los marcos de las ventanas son blancos. Está hecha de piedra y tiene un pequeño jardín detrás. No es muy grande, lo justo para que quepa lo que tengo y pueda mirar las nubes cuando me siento en el sofá del salón.
En el jardín hay un árbol al que he visto crecer. Y flores silvestres. En verano saco una silla y leo descalzo, con los pies en la hierba. Por las mañanas se oye a los pájaros piar.

Aunque nunca vaya a vivir en una casa así, siempre habrá un lugar como ese dentro de mí.

domingo, 18 de marzo de 2012

Vivian

Las olas rompían contra las rocas erosionando lentamente su superficie y haciendo que saltaran millones de pequeñas gotas de agua salada que se mezclaban con la fina lluvia que más que caer, flotaba en el aire.
Vivian se empapaba poco a poco, sin darse cuenta. Su pelo rojo y largo se oscurecía cuanto más se mojaba. Estaba absorta mirando las olas. Los otros chicos del pueblo solían reirse de ella por ese tipo de cosas. Podía pasarse horas mirando cómo las hojas de los árboles se movían con el viento o cómo las hormigas llevaban migas de un lugar a otro. Tampoco era consciente de los adultos que a cierta distancia estaban hablando sobre ella.
De pronto se dio cuenta de que su madre estaba a su lado, llorando en silencio. La cogió tiernamente de la mano, sin decir nada, y se la llevó a aquellos hombres extraños que acaban de llegar al pueblo.
Vivian no volvió a ver su pueblo natal, ni a sus padres, o al menos, no volvió a reconocerlos como tales. Pero aún miraba el mar como cuando era una niña.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Nada

Escribo poco porque hay poco que contar. O mejor dicho, porque quiero contar poco. Y aún así, este lugar público, este lugar que puede ser visto desde cualquier parte del mundo por cualquiera es más privado que otros muchos que tengo.
Últimamente tengo una pequeña crisis de privacidad. No se trata de lo que una empresa quiera saber de mí, sino lo que quieren saber de mí los que están a mi lado, aunque yo no quiera que estén ahí. Este último curso está siendo, de alguna manera, una agonía de cosas que se acaban pero no se terminan.
Después quedará un recuerdo vago que florecerá de vez en cuando en conversaciones, en fotos, en pequeños reencuentros, pero ya está, y sin embargo, quiero que se termine de una vez.
Claro que lo echaré de menos, pero ya he tenido suficiente. Eso sin contar la frustración. Pero con eso creo que tendré que vivir el resto de mi vida, a menos que las cosas cambien, lo cual es poco probable.