miércoles, 7 de marzo de 2012

Nada

Escribo poco porque hay poco que contar. O mejor dicho, porque quiero contar poco. Y aún así, este lugar público, este lugar que puede ser visto desde cualquier parte del mundo por cualquiera es más privado que otros muchos que tengo.
Últimamente tengo una pequeña crisis de privacidad. No se trata de lo que una empresa quiera saber de mí, sino lo que quieren saber de mí los que están a mi lado, aunque yo no quiera que estén ahí. Este último curso está siendo, de alguna manera, una agonía de cosas que se acaban pero no se terminan.
Después quedará un recuerdo vago que florecerá de vez en cuando en conversaciones, en fotos, en pequeños reencuentros, pero ya está, y sin embargo, quiero que se termine de una vez.
Claro que lo echaré de menos, pero ya he tenido suficiente. Eso sin contar la frustración. Pero con eso creo que tendré que vivir el resto de mi vida, a menos que las cosas cambien, lo cual es poco probable.

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