No es necesaria ninguna palabra.
jueves, 29 de abril de 2010
domingo, 25 de abril de 2010
Sobre la contemporaneidad, la tecnología, el futuro y la computación.
Que quede claro, no se trata de una elección banal. No se trata de elegir el color de las cortinas. La elección de el código que vas a ejecutar es una cuestión ideológica. Por supuesto, ellos (las empresas) te dirán que no, que sólo es una elección de consumo, y te pondrán imágenes de gente pasándolo en grande con su software; gente joven disfrutando al máximo de su vida gracias a ese software/hardware. Pero esto no es como elegir entre el refresco light o el normal. Es elegir el devenir de la historia.
¿Exagerado dices? La tecnología está y estará aun más presente en nuestras vidas. ¿Debe pertenecer esa tecnología exclusivamente a las empresas? Un ejemplo actual ¿Deben ser las propias aerolíneas las que decidan si volar o no a través de las nubes de cenizas? ¿No se supone que los Estados son los que deben velar por nuestra seguridad? ¿Por qué esa decisión se deja en manos de una empresa?
¿Ves por dónde voy? Dejad que el software que usemos sea de las empresas, y las empresas decidirán qué podemos hacer y qué no. A día de hoy el software que se usa en el Sistema Sanitario Español es propiedad de una empresa. ¿Es eso moralmente correcto? ¿Debemos depositar todos nuestros datos sanitarios en sus manos?
Bah, no se para qué me esfuerzo, si todos los que deben tomar ese tipo de decisiones (políticos, administrativos...) son unos completos ignorantes tecnológicos.
Que les jodan, yo seguiré usando GNU/Linux. Ummm... no parece afectarles mucho. Bueno, me bajaré algo de Internet, que eso sí parece escocerles.
PD: ¿no me digáis que no echabais de menos un buen post sobre mi idolatrado GNU/Linux?
PD2: dentro de poco otro clásico: Engel.
¿Exagerado dices? La tecnología está y estará aun más presente en nuestras vidas. ¿Debe pertenecer esa tecnología exclusivamente a las empresas? Un ejemplo actual ¿Deben ser las propias aerolíneas las que decidan si volar o no a través de las nubes de cenizas? ¿No se supone que los Estados son los que deben velar por nuestra seguridad? ¿Por qué esa decisión se deja en manos de una empresa?
¿Ves por dónde voy? Dejad que el software que usemos sea de las empresas, y las empresas decidirán qué podemos hacer y qué no. A día de hoy el software que se usa en el Sistema Sanitario Español es propiedad de una empresa. ¿Es eso moralmente correcto? ¿Debemos depositar todos nuestros datos sanitarios en sus manos?
Bah, no se para qué me esfuerzo, si todos los que deben tomar ese tipo de decisiones (políticos, administrativos...) son unos completos ignorantes tecnológicos.
Que les jodan, yo seguiré usando GNU/Linux. Ummm... no parece afectarles mucho. Bueno, me bajaré algo de Internet, que eso sí parece escocerles.
PD: ¿no me digáis que no echabais de menos un buen post sobre mi idolatrado GNU/Linux?
PD2: dentro de poco otro clásico: Engel.
viernes, 23 de abril de 2010
El hombre sin pantalones
Su vecino estaba sin pantalones, como siempre. A saber qué hacía sin pantalones todos los días del año. Desde que el gobierno había dicho que salir a la calle era inseguro debido a la contaminación, las enfermedades y las bombas, todo el mundo se pasaba el día en casa. Pero su vecino lo hacía sin pantalones. Jim lo miraba a través de las cortinas, las cuales apartaba lo justo para ver con uno de los ojos. Su vecino estaba yendo de la cocina al salón, con un paquete de comida deshidratada que no se había molestado en hidratar. “Total, qué más da” le decía a sus amigos. Pero Jim no lo sabía, porque nunca había hablado con él. Sólo miraba cómo aquel hombre habitaba el mundo sin pantalones.
“Será mejor que vaya a ver a Agnes” pensó en voz alta Jim. Vivir solo había hecho que expresara todos sus pensamientos en voz alta, como el protagonista de una película. Fue al salón y encendió el televisor. Pasó las siguientes cuatro horas viendo cómo Agnes, la mujer preferida del país hablaba sobre el mundo, los sentimientos y los humanos. Cuando terminó, la comida deshidratada repartida por el municipio estaba en la puerta de su casa. Se levantó a recogerla. Era un paquete pequeño y marrón y sólo tenía escrito “Para consumo ciudadano exclusivamente”. Jim dijo “¿Por qué sólo para ciudadanos?”
Al pasar por enfrente de una de las ventanas volvió a echar un ojo a su vecino. Seguía sin pantalones. “Tal vez es extranjero” dijo Jim, “esa gente siempre hace cosas extrañas”
Los meses pasaron, y aquel hombre sin pantalones se convirtió en la obsesión de Jim. Los paquetes de comida deshidratada se acumulaban en su puerta, hacía mucho que no veía a Agnes y había dejado de dormir en la cama. Ahora dormía en una silla delante de la ventana. Ya nada más le importaba, que el hombre sin pantalones. Estaba completamente desquiciado, incluso había dejado de pensar en voz alta para simplemente musitar cosas.
Un día no pudo más. Tenía que hablar con el hombre sin pantalones. Tenía que saber PORQUE no llevaba nunca pantalones. Abrió la ventana por primera vez en muchísimo tiempo y comenzó a hacerle gestos a su vecino. El hombre, extrañado, se acercó a su ventana y la abrió.
-¿Por qué no llevas pantalones?¿Por qué nunca tienes puestos los pantalones? Ni una sola vez te he visto con pantalones. ¿Por qué?
-Ah, me producen urticaria.- contestó el hombre sin pantalones.
“Será mejor que vaya a ver a Agnes” pensó en voz alta Jim. Vivir solo había hecho que expresara todos sus pensamientos en voz alta, como el protagonista de una película. Fue al salón y encendió el televisor. Pasó las siguientes cuatro horas viendo cómo Agnes, la mujer preferida del país hablaba sobre el mundo, los sentimientos y los humanos. Cuando terminó, la comida deshidratada repartida por el municipio estaba en la puerta de su casa. Se levantó a recogerla. Era un paquete pequeño y marrón y sólo tenía escrito “Para consumo ciudadano exclusivamente”. Jim dijo “¿Por qué sólo para ciudadanos?”
Al pasar por enfrente de una de las ventanas volvió a echar un ojo a su vecino. Seguía sin pantalones. “Tal vez es extranjero” dijo Jim, “esa gente siempre hace cosas extrañas”
Los meses pasaron, y aquel hombre sin pantalones se convirtió en la obsesión de Jim. Los paquetes de comida deshidratada se acumulaban en su puerta, hacía mucho que no veía a Agnes y había dejado de dormir en la cama. Ahora dormía en una silla delante de la ventana. Ya nada más le importaba, que el hombre sin pantalones. Estaba completamente desquiciado, incluso había dejado de pensar en voz alta para simplemente musitar cosas.
Un día no pudo más. Tenía que hablar con el hombre sin pantalones. Tenía que saber PORQUE no llevaba nunca pantalones. Abrió la ventana por primera vez en muchísimo tiempo y comenzó a hacerle gestos a su vecino. El hombre, extrañado, se acercó a su ventana y la abrió.
-¿Por qué no llevas pantalones?¿Por qué nunca tienes puestos los pantalones? Ni una sola vez te he visto con pantalones. ¿Por qué?
-Ah, me producen urticaria.- contestó el hombre sin pantalones.
martes, 20 de abril de 2010
Tears in rain
I've seen things you people wouldn't believe
attack ships on fire off the shoulder of Orion
I've watched C-beams
glitter in the dark near the Tannhäussen Gate.
All those moments will be lost in time like
tears in rain.
Time to die.
http://www.youtube.com/watch?v=SpROah79qcs
attack ships on fire off the shoulder of Orion
I've watched C-beams
glitter in the dark near the Tannhäussen Gate.
All those moments will be lost in time like
tears in rain.
Time to die.
http://www.youtube.com/watch?v=SpROah79qcs
martes, 13 de abril de 2010
Miedo
Tal vez, algún día, la gente deje de temer.
De temer fracasar, morir, vivir, sentir y querer.
Tienen miedo al futuro, al presente y levantarse cada mañana.
Miedo de la sociedad, de sus amigos y de sus allegados.
Viven aterrorizados de lo que podrían perder, de lo que podrían dejar de tener, de no tener.
Se agazapan cuando piensan en el dolor que podrían sentir, en el mal trago que podrían pasar.
Confunden respeto con miedo, así enmascaran otros terrores.
Tienen miedo de sí mismos.
Tal vez, algún día, la gente deje de temer.
De temer fracasar, morir, vivir, sentir y querer.
De temer fracasar, morir, vivir, sentir y querer.
Tienen miedo al futuro, al presente y levantarse cada mañana.
Miedo de la sociedad, de sus amigos y de sus allegados.
Viven aterrorizados de lo que podrían perder, de lo que podrían dejar de tener, de no tener.
Se agazapan cuando piensan en el dolor que podrían sentir, en el mal trago que podrían pasar.
Confunden respeto con miedo, así enmascaran otros terrores.
Tienen miedo de sí mismos.
Tal vez, algún día, la gente deje de temer.
De temer fracasar, morir, vivir, sentir y querer.
lunes, 5 de abril de 2010
Algunos anatomopatólogos buenos
El en aula de microscopios, el profesor Gutierrez explicaba a sus alumnos el cáncer de mama y les enseñaba en el microscopio las imágenes típicas de esa lesión. A los cinco minutos de empezar la práctica, el móvil del profesor comenzó a sonar, apremiante.
-Disculpad un segundo, chicos-dijo a sus alumnos, mientras descolgaba el teléfono.
Al otro lado escuchó la inconfundible voz del neurocirujano García:
-Gutierrez, tenemos un problema, uno bien gordo. Necesitamos que hagas un diagnóstico a una biopsia de un tumor cerebral urgente intraoperatoria. Sólo hay dos personas en la ciudad que puedan hacerlo, y tu eres uno de ellos.
-Maldita sea García, Ortiz puede hacerlo.
-¡Ortiz está de vacaciones, esta es una situación de vida o muerte!-el neurocirujano, acostumbrado a tener el control de la situación, estaba sudando como un residente.
-¡Pero estoy dando una práctica a los chavales, ellos me necesitan para su formación!-replicó Gutierrrez mirando a sus alumnos.
-¡Te necesitamos!¡El paciente te necesita! Ahora mismo está en el quirófano, sedado, con el cráneo abierto esperando a tu diagnóstico anatomopatológico!-dijo García, casi en tono de súplica.
-¡Diablos, lo haré!-colgó el móvil, sacó un cigarrillo del paquete que llevaba en el bolsillo,lo encendió y se dirigió a sus alumnos:
-Elegí un mal día para dejar de fumar.
PD: jaio, no pude evitarlo.
-Disculpad un segundo, chicos-dijo a sus alumnos, mientras descolgaba el teléfono.
Al otro lado escuchó la inconfundible voz del neurocirujano García:
-Gutierrez, tenemos un problema, uno bien gordo. Necesitamos que hagas un diagnóstico a una biopsia de un tumor cerebral urgente intraoperatoria. Sólo hay dos personas en la ciudad que puedan hacerlo, y tu eres uno de ellos.
-Maldita sea García, Ortiz puede hacerlo.
-¡Ortiz está de vacaciones, esta es una situación de vida o muerte!-el neurocirujano, acostumbrado a tener el control de la situación, estaba sudando como un residente.
-¡Pero estoy dando una práctica a los chavales, ellos me necesitan para su formación!-replicó Gutierrrez mirando a sus alumnos.
-¡Te necesitamos!¡El paciente te necesita! Ahora mismo está en el quirófano, sedado, con el cráneo abierto esperando a tu diagnóstico anatomopatológico!-dijo García, casi en tono de súplica.
-¡Diablos, lo haré!-colgó el móvil, sacó un cigarrillo del paquete que llevaba en el bolsillo,lo encendió y se dirigió a sus alumnos:
-Elegí un mal día para dejar de fumar.
PD: jaio, no pude evitarlo.
domingo, 4 de abril de 2010
Los ojos de Snot
Snot se sacó los ojos de sus cuencas para comprobar cómo eran mirar sus ojos con sus propios ojos. Mientras sangraba pensó que un espejo hubiera sido una idea mucho mejor. Sin embargo, no se lamentó, pues era un optimista, una persona que le pone buena cara al mal tiempo, que sonríe cuando le llegan las facturas y que siempre está dispuesto a pensar que todo tiene un lado bueno.
Así pues, sin ojos, pensó que ya no necesitaría gafas -aunque nunca las necesitó- y que sus otros sentidos se desarrollarían hasta parecer de superhéroe.
Pero un día, cruzando la calle, no vió venir el camión sin frenos y con conductor borracho se acercaba a él a toda velocidad. Snot esquivó magníficamente el camión, debido a que pudo oirlo venir con su superoído. Lo que no oyó -ni vió- venir fue la infección de las cuencas oculares y la consiguiente complicación a meningitis debido a la pobre situación higiénica en la que se los había arrancado.
Así pues, sin ojos, pensó que ya no necesitaría gafas -aunque nunca las necesitó- y que sus otros sentidos se desarrollarían hasta parecer de superhéroe.
Pero un día, cruzando la calle, no vió venir el camión sin frenos y con conductor borracho se acercaba a él a toda velocidad. Snot esquivó magníficamente el camión, debido a que pudo oirlo venir con su superoído. Lo que no oyó -ni vió- venir fue la infección de las cuencas oculares y la consiguiente complicación a meningitis debido a la pobre situación higiénica en la que se los había arrancado.
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