domingo, 8 de marzo de 2015

Los últimos días del verano (III)

- ¿Cómo estás? -aunque sonaba alegre, la experiencia de tantos años de amistad con él le decía que había un tinte de preocupación sincera.
- Bien, de veras -la experiencia funcionaba en ambos sentidos, por lo que su amigo supo que la entonación despreocupada era sólo fachada.- Salgo a la calle, voy al parque, estoy pensando en hacer un viaje... Pero no estoy seguro de si podré.
- ¿Por la niña, no?
- La quiero con locura, pero es una carga muy pesada. No quería decir "carga", quiero decir "responsabilidad". No quiero que suene como si fuera un incordio.
- No, si ya se que eres feliz con ella. Y va a estar siempre contigo, eso seguro.
Hubo una pausa. La línea telefónica se quedó en silencio durante uno o dos segundos, que parecieron más.
- Se que piensas que me vuelco demasiado en ella pero es todo lo que me queda de ella.
- Un doloroso recuerdo que camina y habla
- Que poético eres a veces.

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