No, no me se los jodidos antibióticos. No lo dije de esa manera, pero lo pensé. Si mi vida es como el Show de Truman les acabo de ahorrar un pitido. De nada.
Corro a ciegas hacia delante, esperando no chocarme con nada en la más absoluta oscuridad (¿O obscuridad?), esperando que al final, cuando me quite la venda de los ojos esté en un lugar mejor, o algo similar. No espero llegar al Mobile World Congress del brazo de Scarlett Johansson, pero si espero estar en un lugar mejor, uno más aconchado, menos anguloso. Supongo que pedir un universo con lineas menos rectas y más curvadas en donde los ángulos de un triángulo no suman 180º es pedir demasiado.
Me vale con no necesitar una reconstrucción facial cuando todo acabe. Tal vez sea el momento de volver a mi plan de ser un médico mercenario e ir a África a ser el médico personal de algún cruel dictador que me deje llevar a cabo mis experimentos. Dijeron que un ser mitad humano mitad hamster no funcionaría, pero yo les haré ver que están equivocados. O mitad chinchilla. Le podría enseñar a hacer trucos. O a conducir y me podría hacer de chófer. Ya me imagino en alguna aldea de África con una ranchera Toyota de esas que llevan una metralleta en la parte de atrás en la que habría hecho hueco para un sillón orejero al lado de la susodicha ametralladora mientras un ser mitad hombre mitad chinchilla al volante me lleva de un sitio a otro a cambio de... ¿Qué comen las chinchillas? ¿Fruta?
Sea como sea, cuando esto termine pienso llevar el carné o lo que sea que me den después de todo, incluso el título si hace falta, a todas partes, enseñándolo por ahí para que me cuelen en el cine y me dejen cambiarme de asiento en el tren al que yo decida.
Un hombre puede soñar.
2 comentarios:
jjajajajaj Me queda la duda de qué parte será la chinchilla... las piernas o la cabeza?
No he terminado el diseño definitivo, pero desde luego tiene que tener las orejas y cola de chinchilla. Y los dientes. Los dientes son la clave
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