sábado, 20 de junio de 2009

Estudiando (bueno, al menos eso intento)

Estudiando cosas como cinesiterapia e hidroterapia, que tienen nombres de chanchullo de clínica sospechosa que ofrece terapias milagrosas a incautos para luego timarles. Y con algunos traficar con sus órganos, vendiendo esos órganos enfermos de pésima calidad que tu verías y dirías, ''no eso no me lo pongas a mí, si eso ásalo y veremos si quiero comérmelo'', a precio de órgano sano y nutritivo, en plan niño jugoso.
Viendo misteriosos bichos verdes pegarse a mi ventana. Bichos indestructibles a los que el papel parece no hacerles nada, mientras revolotean a mi alrededor como si yo fuera la lámpara.
Cocinando comida rápida (sólo en ciertos aspectos de su ser, por supuesto, porque no me hacen ir más rápido del supermercado a casa, ni se comen más rápido ni de hecho, caen más rápido) y evitando que el microondas me deje la comida como cartón. Y luego no es agradable comérsela, pero lo haces, porque no te vas a quedar sin comida porque te hayas pasado con el tiempo (aunque el tiempo recomendado sea una chorrada).
Viendo series que me hacen plantearme por qué antes escribía de manera distinta a como lo hago ahora y viendome incapaz de hacer lo que hacía hace unos años, en el espacio de esa cosa infame, producto seguramente de Bill Gates y Azatoth en una de sus reuniones de los miércoles (aunque para Azatoth no existe esa cosa que llamamos miércoles, sólo es Äioh C'gö, que es bastante más preciso, si me permite la puntualización) MSN. Entonces ideas extrañas hilvanadas de forma coherente salían de mis dedos como si tuviera glándulas secretoras de historias en la punta de los dedos (falso, entonces, como ahora, sólo escribía con dos dedos normalmente) y que me hacían gracia, auténtica gracia, sin más, me reía de mis propios chistes que puedes decir, ''estas encantado de haberte conocido'' pero es la pura verdad, y ahora no me río tanto, pero no se si es porque he cambiado o porque me falta inspiración, pero hoy, viendo a esos gatitos caer sobre Tomohiro ha sido como si se abriera un abismo raro y truculento ante mí. Una puerta giratoria hacia la locura que diría Lovecraft pero yo estaba pensando más bien una puerta giratoria hacia ninguna parte.
Así que... en eso paso los días. Eternos días uno detrás de otro.

2 comentarios:

Ray Haller dijo...

Oh, No... Yo también estaba orgulloso de haberme conocido; yo también me puse a estudiar. Me caguen yo...

Jack of Hearts dijo...

que más da que nadie sepa
si masoterapia es pura física
o algo más complejo
...
como una de esas fotos de familia,
aquella profesora rubia que había sido compañera de mi madre en el colegio de monjas, intentaba superponer las radiografías de 42 alumnos para obtener una imagen que era un poco mezcla de los pechos y los hígados de todos ellos, resaltando los signos distinos y borrando los comunes
...
como en la sustracción digital, como en esas personas múltiples de los sueños de principios del siglo XX.