lunes, 22 de junio de 2009

Segundo capítulo. El prototipo

Nada más llegar a su apartamento, Sam puso en marcha todos sus ordenadores, los cinco. Iban desde el pequeño ordenador de bolsillo que, debido a razones históricas, se solía llamar móvil, hasta la gran caja negra de su escritorio, pasando por todos los tamaños intermedios. Sin necesidad de lámparas o bombillas, su habitación se iluminó por la luz de las pantallas. Cargó los programas necesarios para el rastreo del prototipo. Al cabo de seis minutos, lo había encontrado.
"Demasiado fácil, pensó" Procedió a entrar en él. Las medidas de seguridad que ese chulo trajeado le había puesto eran ridículas. Da igual cuanto tiempo hubiera pasado desde los comienzos de la computación, la gente seguía siendo igual de ingenua e incauta que antes. Sin embargo, al entrar en el dispositivo, la cosa cambió. Porque eso es justamente lo que hacía el prototipo: cambiar. Los parámetros cambiaban en cada momento. Era imposible, y sin embargo, estaba ocurriendo. Es como si estuviera vivo. "Nah, será que tiene algún nuevo sistema que está intentando engañarme. Sea como sea, necesito tenerlo en mis manos para estudiarlo más a fondo." Este tipo de cosas eran las que le hacían tener mala fama en el cuerpo de policía. Sin ninguna duda iba a recuperar el prototipo, pero antes de devolvérselo a su dueño, iba a satisfacer su curiosidad.

1 comentario:

Klaiver dijo...

"Por razones históricas"
Genial.