sábado, 8 de diciembre de 2012

Me voy a casar con ella


Siempre está ahí cuando caigo rendido al final del día. Cálida y suave me sostiene en mis peores momentos. Levantarse con ella por la mañanas es una de las mejores sensaciones que experimento. Cuando necesito un respiro está a mi lado, sin hacer preguntas, sin discusiones.
No es la primera, pero si es con la que estoy más a gusto. Como hecha para mí, encajamos a la perfección. La abrazo, la visto y la desvisto. Con ella estoy tranquilo, relajado.
Las mañanas de los domingos las paso con ella,  negándome a empezar el día, fundidos en uno solo. Con ella, puedo soñar y que se convierta en realidad.
La quiero y voy a casarme con mi cama.

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