Esta ciudad es de las pocas que se puede apreciar de noche, con sus antiguas calles de piedra vacías y fantasmales. La única compañera de mi paseo era mi música, que sonaba clara y limpia. La ciudad es preciosa a estas horas, con sus majestuosos edificios solitarios aguantando el viento y la lluvia como lo han hecho siempre.
Tienes que estar ahí para admirar la belleza triste que envuelve todo el paseo, y sobrecogerte ante la futilidad del mundo.
Aquí las noches son noches de verdad.
1 comentario:
Como las noches deben ser...
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