martes, 7 de marzo de 2017

Mantas en el asfalto

No oía al guardia civil gritar a los coches que no aminoraran, que siguieran su camino sin frenan para echar un ojo a lo que estábamos haciendo. La UVI móvil servía de pequeño parapeto, aunque yo no dejaba de pensar que aunque era mejor que no tener nada, si alguien se chocaba con ella nos arrollaría a nosotros.
Pero eso sólo eran pensamientos fugaces, la visión de túnel estaba haciendo su efecto, y mi atención se centraba sobre ese camionero tendido en el asfalto de la autovía. Vía aérea, masaje cardíaco, monitor. No se necesita mucho más. Una vez pasado el primer momento de pánico, la reanimación es sencilla, siempre y cuando te centres en lo importante. Los coches pasando a 80km/h a unos metros de mi no lo eran.
Después de media hora, paramos.
Y cuando paramos, oí al guardia civil. Y vi los coches que pasaban. Y un cuerpo cubierto por una manta sobre el asfalto, con las luces intermitentes naranjas y azules de la ambulancia y los coches de la Guardia Civil de fondo.
Hay formas buenas y malas de morir.