domingo, 15 de enero de 2017

La muerte puede perseguirte, pero lo que de verdad da miedo es el olvido

- Espera ¿Me estás diciendo que ese señor de ahí está muerto?- señaló con el índice a un tipo de unos cincuenta y tantos, con bufanda de cuadros y pelo canoso en los temporales, que caminaba calle abajo.
- Si, eso te digo. No como este que tenemos a los pies.
- Pero aquel tío camina, respira... Este a nuestro pies no. Está frío y blanco.- Estas últimas palabras las pronunció como si no debiera haberlas dicho, bajando el volumen, hasta dejar la última sílaba más intuida que dicha.
- Ese que camina está muerto emocional, psíquicamente. El que tenemos a nuestros pies será recordado durante mucho, mucho tiempo. Este está vivo, aquel no.- Se agachó para cerrar los ojos al cadáver que había a sus pies.- Atribuir la vida exclusivamente a la esfera biológica es demasiado simplista ¿No?