jueves, 9 de junio de 2011

La empresa es tu amiga

Paul y su compañero de trabajo estaban hablando, distendidamente al lado de la máquina de café mientras saboreaban a su pesar el líquido oscuro que esta había rezumado ruidosamente momentos antes.
-¿Cómo te va todo?
-Bah, lo de siempre. El otro día mi gato me robó y se fue de casa. No puedo culparle, hacía tiempo que nuestro pacto se había roto.
-¿Pacto?
-Si, el se libraba de las ratas y yo le acariciaba. Pero últimamente he estado muy ajetreado con este estúpido proyecto.
-¿Proyecto?
-La empresa me ha puesto a la cabeza del grupo de diseño que tiene que diseñar al grupo de diseño de las sillas de la oficina. Todo iba bien hasta que dos de mis compañeros murieron por intoxicación.
-¿Intoxicación?
-Se ha abierto una investigación por el departamento de publicidad, pero no se ha encontrado nada.
-¿Departamento de publicidad?
-A la empresa no le conviene saber de dónde viene la intoxicación, sino de dónde puede decir que viene y así librarse de algo molesto. He oído que te van a echar las culpas a ti.
-Eso es ridículo- dijo Paul mientras abría la máquina de café y espolvoreaba dentro un polvo fino y blanco que sacaba de una bolsa de plástico- ¿Qué tienen contra mí?
-No se, creo que les sales caro. Míralo por el lado bueno, al menos no te van a mandar a un ciempiés venenoso.
-Ya bueno, que llevo 5 años aquí, me merezco un respeto.- Paul había terminado su operación y estaba cerrando la máquina mientras se guardaba la bolsa en la chaqueta. - Si averiguas algo más dímelo, para ir trayendo la munición.
-¿Piensas despedirte a lo grande?
-¡Qué menos! Si soy acusado sin fundamento, lo justo es montar un tiroteo, está en los estatutos.
-Si, supongo que sí. Bueno, tengo que volver al tajo, te veo luego.
-Si, yo también, hasta luego.