jueves, 26 de junio de 2008

¡Al fin!


No, todavía no he acabado los exámenes. Lo que pasa es que al fin, sí, al fin, tengo TODOS los libros de Engel. Todos, tron, todos. El básico (en castellano), Creatures of the Dreamseed (en inglés), Pandorámicum (en inglés), Orden book miquelites (en inglés), ordensbuch gabrieliten, ramieliten, raphaeliten, urieliten (en alemán), Mater Ecclesia (en alemán), De Bello Britanico (en alemán), Codex Urbanis (en alemán) y las 5 novelas, Exodus, Terra incognita, Terra Nova, Homini Lupus y Hiobsbotschaft (en alemán).

Dios lo que me ha costado conseguirlos. Especialmente el de los gabrielitas, que hoy estaba en mi buzón, por fin. Se lo intenté comprar a alemanes, a suizos e italianos, pero al final unos amables alemanes como caidos del cielo, lo pusieron en mis manos.
Ahora que ya me he leido los que estan en castellano e inglés, me falta traducir los que están en alemán. Si, es un huevo, pero tengo todo el tiempo del mundo.
Por cierto, el día 30 sale una nueva novela, Deus Vult. ¿Cuánto tardaré en poseerla? Poco, muy poco.

sábado, 21 de junio de 2008

¿Por qué?

¿Por qué estoy estudiando esto? ¿De verdad tengo que saberlo? ¿En serio? ¿Es ABSOLUTAMENTE necesario? Nadie va a morirse porque yo no sepa esto, ¿No? De hecho, en lugar de estudiar epidemiología podría estudiar algo que podría REALMENTE salvar vidas.
-¡Médico, necesito un médico!
-¿Que le ocurre?
-¡Mi marido se ha desplomado de pronto!
-¡Tranquila señora, voy a calcularle el ODDs Ratio!
-¡¿De qué habla?! ¡Hagalé la cosa esa de darle en el pecho!
-Tonterías señora, le estoy calculando el riesgo atribuible. Y dígame, ¿su marido fuma?
-¡Ay la virgen, que se está poniendo morado!
-No se preocupe, tiene delante al mejor médico que haya visto jamás. Bueno, ahora dividimos la incedencia acumulada en expuestos entre la incedencia en...
-¡Que se me muere mi Paco!
-Joder, señora, ¿Aquí quién es el médico? ¿Yo o usted? Yo decidiré cuando su marido está muerto. Vale, ahora sí está muerto. Bien, veamos, voy a incluirle en el grupo de enfermos... enfermedad: muerte. Perfecto señora ¿Ve este punto minúsculo en esta gráfica? Ese es su Paco.

A Paco le dieron la baja por enfermedad, pero al mes ya lo devolvieron a su puesto de trabajo en la oficina. A su señora le dieron la pensión de incapacidad de Paco. A mí... casi me matan ¿Por qué? ¡Yo sólo aplique lo que me enseñaron en la Facultad! No era estadísticamente probable que Paco muriera tan rápido. Tal vez sea debido a alguna variable que aun no he encontrado... o a un factor de confusión...

jueves, 12 de junio de 2008

Renegades of Funk

No matter how hard you try, you can't stop us now

We're the renegades of this time and age
This is the time and age of renegades
Renegades of this time and age
This is the time and age of renegades

Since the Prehistoric ages and the days of ancient Greece
Right down through the Middle Ages
Planet earth kept going through changes
And then no renaissance came, and times continued to change
Nothing stayed the same, but there were always renegades
Like Chief Sitting Bull, Tom Paine
Dr. Martin Luther King, Malcom X
They were renegades of their time and age
The mighty renegades

We're the renegades of funk

miércoles, 4 de junio de 2008

Mar

El día había amanecido oscuro y tormentoso en Issoudun. Era raro, en primavera no solía haber tormentas como esas. Anne -la Mater de ese pequeño pueblo de pescadores- se sentó en una de las rocas cerca del mar. ¿Por qué Dios les castigaba de esa manera? ¿Habían sido los pecados de los Tiempos Pasados tan graves? ¿Y por qué pagaban ellos lo que habían hecho las personas del mundo prediluviano? Si, puede que fueran pensamientos herejes, pero ningún inquisidor podía saber lo que ella pensaba. Ensimismada miraba el mar, el inmenso mar. Se preguntó que habría más allá. Sabía que más al norte las islas de normandía y aun más al norte las islas británcas. ¿Y más allá? Unos gritos la sacaron de sus pensamientos. Unos pescadores habían sido atacados por unos engendros. Uno de ellos ya estaba muerto cuando llegaron a la costa. Los otros dos tenían un pie en la tumba.
Anne se acercó a ellos, les examinó durante un par de segundos y pronto comenzó a aplicar apósitos a las heridas. Sus órdenes eran acatadas al pie de la letra por los habitante que estaban a su alrededor, horrorizados con las armas del Señor de las Moscas. Tras un rato largo, otro de los pescadores murió. Anne maldijo mentalmente. Totalmente volcada en el que quedaba, estuvo a su lado durante dos días, hasta que el joven recuperó la consciencia.
Hoy, Anne se ha sentado otra vez en la misma roca, mirando el mar. Sabe que el Tentador se esconde en cualquier parte, y que aparece sin previo aviso. Pero ya ha pedido ayuda. Ahora mismo, un mensajero se dirige a Gratianopel para que una compañía de Engels venga a socorrerles. Anne mira el mar, pero esta vez tiene esperanza. Esperanza con forma de niños alados de plumas blancas.

domingo, 1 de junio de 2008

Némesis

El libro se abrió por la página en blanco. Una luz agonizante venía de algún lugar fuera de la habitación. Su pluma comenzó a dibujar las letras que contaban una historia terrible. Las palabras iban surgiendo del sonido del papel rasgado por la afilada pluma y como un cáncer el terror comenzó a crecer de nuevo. La luz se apagaba poco a poco, como estrangulada -igual que había sido estrangulada la mujer de quien escribía en el viejo tomo desgastado- y las letras negras seguían siendo plasmadas sobre el blanco. En ese momento, el escritor describía la cara de su mujer al morir, mientras él mismo la asesinaba. La oscuridad de la habitación se hizo más profunda y amenazaba con extinguir la vela. El escritor narró sobre el libro la muerte final de su mujer y la venganza de su nénemis, el cual la amaba. Las frías manos se aferraron a la pluma con rabia ante el recuerdo. Sin embargo, se tranquilizó cuando llegó a la parte final de la historia. Según decían las frases recién escritas, su némesis fue derrotado en el intento de venganza y había sido destruido. Para siempre. Pero se equivocaba.
El libro siguió siendo manchado, pero no por la tinta, que se derramaba hasta el suelo, sino por la sangre del escritor, que fluia desde su cuerpo sin vida. Puede que finalmente némesis lograra su venganza, pero el libro siguió conteniendo el horror y la muerte para siempre.